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Sergio Llamas
Martes, 14 de enero 2025, 16:31
La falta de un salario acorde a la situación del País Vasco, una jornada laboral que no computa todas las horas ejercidas o retrasos en el pago que afectan a varios trabajadores son algunos de los problemas que han llevado a los representantes de la ... plantilla de Uber en Bizkaia, con más de 200 personas, a intensificar sus movilizaciones. Lo hacen después de acumular ya tres huelgas sólo durante el último año.
La primera, de tres días, se desarrolló en abril; la segunda tuvo lugar en junio y se prolongó durante dos semanas; y la última arrancó el 11 de diciembre, ya se ha ampliado hasta finales de este mes de enero y amenaza con convertirse en indefinida si la empresa no se implica «en una negociación real» con la plantilla. Así lo ha anunciado Macarena Urrutia, portavoz de ELA en la empresa que ofrece el servicio, Ares Capital (una compañía que a su vez forma parte de Moove Cars, otra de las empresas operadoras), durante una concentración celebrada este martes en la estación bilbaína de Termibus.
«La empresa tiene unos beneficios espectaculares. Nosotros hemos tenido siete encuentros on line con sus representantes pero no nos toman en serio. Para hoy mismo teníamos una reunión y nos la han cancelado. Pedimos la intervención del Gobierno vasco como mediador para acordar un nuevo convenio», ha reivindicado la representante de ELA.
Según detallan, el último convenio caducó el 31 de diciembre del año 2023 y desde entonces no se han producido avances. Más allá de la reclamación salarial, los trabajadores denuncian otros problemas como los vividos en la gestión, que este mes habría dejado a una quincena de trabajadores a la espera de cobrar diciembre (descontando los días de huelga), y unas «nóminas incomprensibles». «No hay dios que las entienda porque no puedes encontrar dos iguales», condenan.
No son las únicas situaciones sangrantes para los afectados. También denuncian que, pese a ofrecer un servicio 365 días al año y durante las 24 horas, no se recogen pluses por nocturnidad ni festivos; que el salario mínimo interprofesional que define sus pagas no se ajusta a los precios y el coste de la vida en Euskadi; que si un accidente cuando se desplazan sin un cliente, su baja puede no ser considerada laboral y tratarse como enfermedad común «lo que se traduce en que solo cobras de baja un 75% del salario, y únicamente a partir del tercer día»; o que únicamente cobran por un 30% de todos los desplazamientos que realizan entre clientes, pese a que deben mantenerse en movimiento durante su jornada.
Su lista de reclamaciones también recoge otras posibles mejoras, como un permiso para aparcar sus propios vehículos en las instalaciones de la empresa cuando están trabajando, a fin de evitar vandalismos, o una mejora en la seguridad de los vehículos de la compañía «tanto para los trabajadores, como para los usuarios».
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