La plaga del escarabajo picudo rojo llega a Bizkaia y amenaza a miles de palmeras

Desde entonces, el picudo rojo ha ido lenta y silenciosamente colonizando nuevos espacios. Algunas fuentes consultadas por este diario apuntan a que su presencia es bastante común ya en Las Encartaciones, una comarca donde hay un buen número de palmeras por la tradición de los indianos de plantar esta especie vegetal junto a las casonas y palacios que se construían tras volver de hacer las Américas. Afortunadamente, no ha sido localizado todavía en Bilbao, donde el Ayuntamiento mantiene activo un sistema de alerta para intentar actuar «con la mayor celeridad posible».

En la capital vizcaína, tanto en terreno público como privado, hay censadas 167 pies de palmera canaria y 75 del tipo datilero, las dos preferidas por el temido escarabajo. «La vigilancia y control es continuo y periódico, realizándose inspecciones habituales a todos los ejemplares de palmeras del perímetro municipal», apuntan desde el área de Obras y Servicios.

El picudo rojo es una especie invasora que solo ataca a las palmeras y no resulta perjudicial ni para los animales ni para el hombre (no pica). Y, aunque se cree que lo primeros escarabajos que entraron en España procedían de Egipto, es capaz de adaptarse a climas fríos y húmedos. Su origen se puede establecer en el Asia tropical. El gran problema es que sus larvas se alimentan del tronco de las palmeras y tienen la fortaleza y voracidad suficiente para perforar agujeros de hasta un metro de profundidad, comprometiendo tanto la salud como la estabilidad de los pies atacados.

Una de las razones que explican el éxito de esta plaga es que su detección precoz y preventiva es muy difícil, ya que las palmeras parasitadas no empiezan a mostrar síntomas (coloración atabacada de hojas centrales o decaimiento del follaje) hasta bien avanzada la infección, cuando ya es irreversible.

La Diputación reconoce que es un tema peliagudo y de difícil solución. «Los tratamientos ensayados en otros territorios no han mostrado resultados eficaces, y la erradicación de la plaga se considera complicada», apuntan desde el Departamento foral de Sostenibilidad. El hecho de que las palmeras no se encuentren en el medio natural vizcaíno hace que la responsabilidad de luchar contra este escarabajo recaiga, sobre todo, en los ayuntamientos y en los ciudadanos que tienen palmeras en sus jardines privados. Los propietarios de parcelas de terreno afectados pueden obtener más información o reportar su presencia a la Diputación a través del Servicio Agrícola (teléfono 94 454 10 09).

El Consistorio de Bilbao, por su parte, se mantiene en alerta. «Por ahora no se ha detectado, pero hace ya unos meses que diseñamos y establecimos un protocolo de actuación tanto para la detección precoz del picudo rojo (basado en la vigilancia y monitoreo) como para la implementación de los métodos de control adecuados una vez se detectase la presencia de estas larvas o insectos».