La DYA pide donaciones de material de desinfección ante la segunda oleada del coronavirus

Vienen tiempos difíciles. El número de infectados por coronavirus no para de crecer y la situación se complicará a medida que los vizcaínos lleguen de vacaciones, los niños vuelvan al colegio y los adultos a su puesto de trabajo. Ante este panorama, la DYA está lanzando un SOS para dotar a su Brigada de Desinfección de recursos que puedan utilizar en su trabajo diario. Desde que la pandemia del coronavirus entrase con fuerza en Bizkaia han realizado «cientos» de desinfecciones en residencias, establecimientos hosteleros, centros religiosos y todo tipo de instalaciones. Han acudido en ayuda de cualquiera que les llamase.

Ahora es momento de devolver esos cuidados. «Necesitamos lejía, máscaras de seguridad, guantes, trajes antiácido desechables, gafas de mascarilla, etc», enumera el presidente del colectivo en el territorio, Fernando Izagirre. «Estamos haciendo acopio de material ante la más que posible complicación que podamos sufrir en unas semanas», augura. El colectivo ha destinado 40.000 euros en los últimos días a la compra de los productos necesarios, pero aún así las necesidades serán mucho más elevadas.

En marzo, Petronor les donó hasta en dos ocasiones productos como buzos y miles de litros de lejía. «Nos llamaron ellos», recuerda Izagirre. Entonces, el virus les cogió protegidos porque tenían material que habían recolectado de otras crisis, nada comparables con la actual, como la gripe A e incluso guardaban palas utilizadas en 2002 cuando tuvo lugar el desastre medioambiental del Prestige y el derrame del 77.000 toneladas de petróleo frente a la Costa de Morte. «Durante estos años hemos sido como hormiguitas, hemos guardado todo a pesar de que nos ocupaba sitio en nuestras instalaciones», se felicita el responsable de la organización. Parte de esa provisión que tenían guardada en sus almacenes se cedió a Osakidetza durante la primera oleada.

Durante estos meses no han parado de recibir solicitudes para que la brigada acuda a los diferentes locales. «De igual forma que viene gente a pedirnos sillas de ruedas, andadores o muletas, y les dejamos lo que necesitan, ahora nos piden que les ayudemos con una desinfección», recuerda Izagirre.

Los trescientos voluntarios que forman parte del colectivo en Bizkaia están ya preparados. De momento, no parece que necesite más refuerzos, aunque si fuera necesario no dudaría en lanzar una petición de ayuda. «En marzo trescientas personas se presentaron para ayudarnos, no pararon en 24 horas, hasta durmieron en nuestras bases y logramos no tener ni un solo positivo», se felicita.