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Persianas con arte para llamar la atención y aumentar las ventas en Bilbao
De moda. ·
Cada vez más comercios de Bilbao estampan sus fachadas con dibujos artísticos. Buscan llamar la atención para aumentar las ventas pero también evitar pintarrajeadasSe encuentran en todas las zonas de Bilbao. Lo mismo en el centro que en Iralabarri, Olabeaga, Santutxu, Fika, Luis Briñas, García Salazar, Zabalbide, Castaños, ... Bilbao La Vieja, Pelota... Y en todo tipo de comercios, ya sean talleres de coches, peluquerías, bares, joyerías, librerías, guarderías, aseguradoras, pizzerías, fontanerías...
Cada vez más comerciantes echan mano de artistas callejeros para pintar las persianas de sus establecimientos. Pero no de cualquier forma. Son trabajos que llevan tiempo y paciencia. Se realizan a conciencia, con un gran estilo. Quedan casi siempre en manos de profesionales. Su autoría corresponde, en ocasiones, a jóvenes licenciados en Bellas Artes. Trabajan mayoritariamente de noche para evitar interrumpir la actividad comercial y causar las menores molestias posibles.
Por la misma razón, otras veces los efectúan en fines de semana y jornadas festivas. Antes de ponerse manos a la obra, repasan las previsiones meteorológicas ante la imposibilidad de trabajar en días de lluvia. Los artistas 'visten' las persianas con pinceles, esmaltes sintéticos, acrílicos, sprays... El resultado llama la atención de los transeúntes por el empleo habitual de colores «muy brillantes» y la calidad y originalidad de las piezas, según Andoni Izquierdo, alias 'Kero', uno de los artistas más reclamados. Tanto que han colocado a Bilbao en el mapa internacional por la gran cantidad de turistas, además de vecinos, que suelen fotografiarse junto a estas persianas.
Esta moda arrancó de forma muy discreta hace unos años. Sin embargo, ahora casi se cuentan con los dedos de las manos los establecimientos que suben y bajan sus persianas 'limpias' de adornos. A esta corriente se suman negocios emblemáticos, como la taberna Basaras del Casco Viejo, y de nuevo cuño, como 'La planchería de Bilbao', que echó a andar a finales del año pasado en la calle Julián Zugazagoitia y cuya propietaria cobra en función del peso de la ropa.
Evitar pintarrajeadas
Lo hacen, fundamentalmente, por dos razones. Una para mantener sus inmuebles libres de pintarrajeadas. Las fachadas de muchas lonjas, lo mismo ocupadas que vacías, presentan un aspecto bastante descuidado por las acciones de gamberros, que aprovechan cualquier pared o persiana para dejar su huella. Hay una batalla comercial, alentada también desde el Ayuntamiento, para ofrecer una imagen «aseada» de la capital y causar una impresión agradable a los visitantes.
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Nada garantiza que estos trabajos eviten la comisión de nuevos actos vandálicos, pero, evidentemente, ayudan. Funciona una especie de pacto no escrito entre los grafiteros de no estropear o dañar las obras de otros colegas, sobre todo aquellas que llevan la firma de sus autores.
De ahí que muchos comerciantes consideren rentables estos trabajos, pese a su coste. «Al final decidimos buscar a alguien que nos hiciera un grafiti chulo para no encontrarnos con algún tipo de pintada 'non grata'», reconoce Iratxe Ganboa, directora de la Casa del Libro, en Alameda de Urquijo.
La librería pagó casi 3.000 euros a 'Kero' por cubrir cerca de 10 metros de fachada. «Es súper grande. El chico se pasó cuatro días trabajando, domingos y festivos, incluidos, que es cuando cerramos. Para el curro que lleva, no me parece que sea caro», argumenta. En De tiempos de antaño, una joyería especializada en la venta de piezas y relojes antiguos, el espacio a cubrir fue bastante menor. Lo realizó Alejandro, de Estudio Viktoria. La minuta ascendió, según Alfonso Marina, a 1.600 euros, ya que cada puerta salió por 400.
Hay una segunda razón que explica lo que se conoce ya como el 'boom' de las 'persianas artísticas'. A la mayoría de comercios les asegura, reconocen los propietarios, unas mayores ventas por el enorme interés que despiertan. «Hay veces que al abrir por la mañana, lo mismo que cuando cierras a la noche, te encuentras a muchas personas paradas delante de los escaparates», detalla Ganboa.
Los trabajos incorporan colores muy brillantes para captar la atención de los transeúntes
Como un dibujo animado
Aunque los motivos pictóricos son dispares, generalmente guardan relación con la actividad del negocio en cuestión. Así, hay bares que se promocionan con copas de vino y cerveza, karaokes que reproducen 'juke box' de aire retro y fruterías que intentan captar la atención de los paseantes con imágenes de cerezas, naranjas y fresas. 'Kero' recurrió a la fórmula del trampantojo en La Casa del Libro al 'construir' casas con libros apilados.
Otras veces, como en el caso de Auto Briñas, la simbiosis alcanza un grado extraordinario al transformar al propietario del garaje en un dibujo animado e incluirle en la composición. Un asunto clave es la relación entre artistas y comerciantes. El propietario es quién paga, pero en la decisión final casi siempre acaba influyendo el criterio de los autores. «Nos conceden bastante libertad», según 'Kero'.
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