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Naiara Ruiz de Infante llevaba cerca de diez años siendo usuaria del servicio de OTA de Bilbao. Primero en Zabala y ahora en el barrio de San Ignacio. Nunca había tenido ningún problema hasta el pasado miércoles, cuando por sorpresa le llegó a casa una ... multa por estacionar su coche en zona para residentes sin el preceptivo ticket. «Creía que era un error porque yo sí tengo el distintivo. O tenía», explica. Primero acudió a la oficina municipal de Bidarte, en Deusto, y posteriormente llamó a la de la OTA, donde consiguieron darle una explicación. «Me habían cancelado mi tarjeta de residente sin avisarme», se queja.
Según ha podido confirmar este periódico, como ella, miles de bilbaínos perdieron con el cambio de año su condición de usuarios con distintivo porque «no cumplían con todos los requisitos exigidos». El número de afectados se eleva hasta los 4.500, es decir, el 12% de los casi 36.000 usuarios que en diciembre del año pasado estaban dados de alta en el sistema.
La versión oficial de lo ocurrido apunta a que a finales de año los responsables de la OTA realizaron un barrido general de sus bases de datos para actualizar la información en su poder. Y con esa actualización destaparon diferentes «deficiencias» –algunas por despistes o errores, otras por picaresca– en un número significativo de vecinos, a los que de inmediato se les retiró el distintivo. Es decir, no se les efectuó la renovación automática de su tarjeta como era habitual. El problema es que la mayoría de los conductores no fueron consciente de ello y seguían aparcando en zona verde como si tuvieran el abono en regla.
Como consecuencia, en los primeros días de enero los vehículos de la OTA detectaron a esos coches aparcados en zonas restringidas y sin el pertinente ticket, por lo que emitieron las multas correspondientes, que comenzaron a llegar a los domicilios la pasada semana. Según fuentes municipales, los afectados podrían llegar a los 1.500. El importe es de 100 euros por estacionamiento indebido, que se quedan en la mitad si el usuario paga pronto y se olvida de recurrir.
A partir de entonces, las colas han sido constantes en las oficinas de atención al usuario de la OTA, donde los afectados reclamaban la retirada de la multa al creer que se trataba de un error administrativo. Su «sorpresa» llegaba al enterarse que la sanción era correcta porque oficialmente ya no tenían la condición de usuarios del servicio. «Lo que no entiendo es por qué no nos han avisado, por qué no nos han dado opción de subsanar los posibles errores que hubiera y regularizar la situación», lamenta Ruiz de Infante.
Desde el Ayuntamiento admiten que «podríamos haber mejorado la comunicación» en este asunto, pero defienden su actuación. «A finales de año mandamos una nota de prensa y publicamos un aviso en la web y en la aplicación. Advertimos de que había que renovar el distintivo y pedíamos a los usuarios que revisaran con su DNI y matrícula la situación de su coche para ver si estaba todo en orden», explica el director de Movilidad del Ayuntamiento de Bilbao, Ignacio Alday. «¿Podríamos haber mandado una carta? Sí, pero no se hizo por una cuestión de eficacia administrativa», añade.
El temor de los afectados es ahora que les llegue a sus buzones una cascada de sanciones por cada día que han aparcado en la calle sin saber que ya no podían hacerlo. «Como ahora ya no te dejan la multa en el parabrisas no sabemos cuántas nos van a llegar», asume otro de los afectados, que prefiere mantenerse en el anonimato porque la semana que viene tiene una cita en el Consistorio para analizar su caso.
El director de Movilidad asegura «que en ningún caso» los usuarios van a ser sancionados repetidamente por esta cuestión. De hecho, asegura que han decidido tramitar sólo una multa por vehículo. «No van a recibir veinte seguidas. En ningún caso tenemos afán recaudatorio», señala Alday. «También puede ser que nosotros nos hayamos equivocado en el cotejo de los datos. Si es así, se corregirá y se quitará la multa», anuncia.
La situación destapada ahora ha afectado a un número tan elevado de usuarios porque el pasado año los responsables de la OTA no realizaron el barrido que sí hicieron este diciembre. A finales de 2023 acababa de entrar en vigor la nueva ordenanza y se estimó que no era el momento oportuno para llevarlo a cabo. De ahí que durante dos años no se hayan verificado al detalle todos los datos de los vehículos, por lo que las posibles deficiencias se han acumulado.
Las razones por las que se han retirado los distintivos son muy variadas. Por ejemplo, si el titular de la tarjeta de residente no tiene carné de conducir o lo tiene retirado; si se ha cambiado de coche y no se ha actualizado la nueva matrícula; si se ha cambiado de domicilio; si el propietario mantiene una deuda con el Ayuntamiento en vía ejecutiva... Entre los motivos también se encuentra una de las novedades incluidas en la ordenanza que entró en vigor el pasado año. Según la nueva normativa, sólo puede haber dos coches por domicilio con tarjeta de residente o con parcela de garaje en un parking municipal. Este cambio ha afectado a las familias con tres o más coches, que «de la noche a la mañana no saben dónde estacionar su tercer vehículo». «Hay un problema añadido: ellos han decidido por su cuenta y riesgo cuál de los tres coches perdía el distintivo. Es algo inadmisible», denuncia el mismo afectado, que la pasada semana se topó con decenas de vecinos «indignados como él» en las oficinas de la OTA de la calle Lersundi.
El grupo municipal del PP ha tildado este martes esta situación de «inaceptable» y exigió que el Ayuntamiento anule las multas impuestas a los 1.500 afectados.
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