El fácil acceso a la playa de Ereaga y su ubicación urbana convierte el arenal getxotarra en uno de las más utilizados, tanto por grupos de jóvenes como familias. Jordi Alemany

Una oleada de robos en Ereaga obliga a la Policía a patrullar de incógnito en bañador

La guardia urbana de Getxo activa un dispositivo que ha permitido detener a once personas en lo que va de verano

Sábado, 9 de agosto 2025, 01:06

Cerca de la orilla con la toalla. O con gorra y bañador, paseando aparentemente despreocupados, pero vigilantes. El incremento de robos que se está registrando ... en Ereaga, la playa urbana más concurrida de Bizkaia, ha obligado a la Policía Local de Getxo a dejar el uniforme a un lado e intensificar las patrullas de incógnito por la arena. Se trata de una fórmula habitual durante las fiestas patronales, cuando los agentes se mezclan con aquellos que disfrutan del jolgorio, pero inusual al borde del mar. Y se está demostrando efectiva para pillar a los ladrones con las manos en la masa.

Publicidad

Según los datos aportados por el Ayuntamiento, en lo que va de verano la guardia urbana ha realizado 108 operativos en Ereaga. Dentro de esta cifra están recogidas las rondas tradicionales de las patrullas uniformadas por el paseo de la playa y también las de los agentes que se mezclan con los bañistas. Hasta ahora el dispositivo ha permitido detener a once personas en el arenal.

Las patrullas de incógnito suelen estar compuestas por un hombre y una mujer. Normalmente hay una pareja vigilando -con el apoyo de los compañeros que se reparten por los alrededores-, pero a veces hay más. Influye el tiempo que haga, porque no es lo mismo que la jornada amanezca apagada a que salga un sol radiante. Si el mercurio se dispara, la afluencia es masiva. A Ereaga acuden vecinos de Getxo, pero también muchos otros del Bilbao metropolitano. Se puede llegar sin problema en metro -un ascensor municipal transporta a los pasajeros hasta el mismo paseo- y en coche. Hay un parking de grandes dimensiones en el entorno.

El acceso parece ser sencillo para los bañistas... y los ladrones. Resulta que en otras playas del municipio de Getxo o de otros vizcaínos donde hay que andar un poco más para pisar la arena no se han disparado los robos, al menos como lo han hecho aquí. Así lo confirman desde Sopela, Plentzia y Muskiz, o en el propio Getxo. Expertos en seguridad subrayan la gran superficie a cubrir en Ereaga, que permite a los cacos pasar «más desapercibido».

Publicidad

Una vez en la playa, los amigos de lo ajeno no dudan en lanzarse a por los más descuidados, los que dejan la mochila o el capazo abierto y sin vigilancia, mientras estos se dan un chapuzón. Las cuadrillas de jóvenes son las más afectadas. A veces se van al agua sin preocuparse de sus pertenencias, advierten fuentes policiales. «Las personas mayores y familias están más atentas al pillaje».

Tumbados en la toalla

Hasta la fecha se han registrado 29 denuncias en las comisarías de la Ertzaintza y la Polícia Local del municipio costero. La guardia urbana investiga a 11 personas por estos robos. A finales de julio una patrulla local identificó a dos delincuentes por sustraer dinero en metálico a varios adolescentes que se habían ido al agua y se tumbaron en sus toallas para llamar menos la atención. Unos días antes la Ertzaintza detuvo a un hombre de 34 años en el cercano parque de María Cristina por robar otra mochila. Son solo dos ejemplos.

Publicidad

Desde que comenzase la temporada de playas el 1 de junio, los dos cuerpos policiales han desarrollado además dieciséis controles preventivos para vehículos y personas en el Muelle de Arriluze. «La Policía Local presta un servicio de proximidad y cercanía que revierte en una mayor seguridad ciudadana. Por un lado prevenimos delitos, por otro, mejoramos la seguridad vial y no permitimos la venta ambulante que no cuenta con autorización previa», señalan desde la concejalía de Policía, en manos de Keltse Eiguren. Su departamento reconoce que la playa de Ereaga «es la que más incidencias genera por los buenos accesos, tanto en vehículos privados como públicos». El verano de 2024 acudieron al arenal urbano 190.000 personas.

«No es extraño ver a agentes de paisano sacar a grupos de chavales que están al pille y, luego, en el paseo, los coches de patrulla les esperan y una decena de agentes les rodean. De un tiempo a esta parte vemos más policía y se aprecian los resultados porque llevamos quince días más tranquilos», explica a este periódico una de las personas que vende helados.

Publicidad

Los hosteleros tampoco son ajenos a lo que sucede. Llevan tiempo denunciando que «el ambiente ha empeorado». «Hay más robos, más peleas y también gente incívica con la música puesta a tope», afirma una camarera de uno de los negocios que está junto a la Oficina de Turismo.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad