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Casi ocho de cada diez vascos víctimas de delitos sexuales 'online' son menores

Según detalla Charo Arranz, directora de esta entidad en el País Vasco, la comunidad autónoma registró hace dos años 67 casos de delitos cibernéticos sexuales contra niños, niñas y adolescentes. «Estas cifras representan solo la punta del iceberg, ya que la mayoría de los casos no llegan a conocerse, en parte por la ausencia de denuncia y en parte por las dificultades en la detección, que aumenta cuando estos hechos tienen lugar en el entorno online», expone.

Entre los datos registrados por la Ertzaintza en 2024, de las 395 denuncias por delitos informáticos hacia menores, 52 estaban relacionados con la libertad sexual (contactar con menor de 16 años con fines sexuales, acoso sexual, exhibicionismo, corrupción...). Desde la organización hacen hincapié en que un informe publicado hace un año en el marco de la campaña #DerechosSinConexión reveló que «el 15% de los menores en Euskadi contactaría a través de la red con desconocidos, y un 18,8% aceptaría tener un encuentro físico con ellos».

El análisis sobre los delitos, además de en los datos oficiales, se basa en una encuesta a nivel nacional a más de 1.000 jóvenes de entre 18 y 21 años en la que se les preguntaba por sus percepciones y conductas online durante la adolescencia. Y muestra cómo la práctica totalidad de los participantes (el 97%) afirmó haber sufrido algún tipo de violencia sexual en entornos digitales cuando eran menores de edad.

Eran casos de 'grooming' (contacto por parte de adultos con fines sexuales) y envío de fotografías sexuales sin su consentimiento o difusión no autorizada de contenido íntimo. Por otro lado, advierten en Save the Children del «consumo, producción y difusión» de material de abuso sexual infantil, de las coacciones para que los chavales envíen material íntimo, el uso de la inteligencia artificial para crear ese contenido a partir de imágenes reales...

«Se trata de un fenómeno complejo, ya que las distintas formas de violencia o explotación que se analizan no constituyen fenómenos aislados: en muchos casos, están conectadas entre sí, forman parte de un mismo proceso o se dan al mismo tiempo, por lo que un niño o una niña puede ser víctima de varias de ellas a la vez», incide Arranz.