El Ayuntamiento lanza el sexto plan para mejorar Bilbao La Vieja con 7,3 millones

Elaborado por el Ayuntamiento con aportaciones vecinales, el plan contempla 36 medidas urbanísticas, de embellecimiento, pero también programas de acción social y dinamización económica. Por ejemplo, dedicará 2,6 millones a infraestructuras y 1,7 a programas de vivienda y de rehabilitación y más de otro millón a intervenciones en acción social y convivencia. Se urbanizarán las calles San Francisco y Conde Mirasol, cuyo deterioro era denunciado desde hace tiempo. Otra de las actuaciones será la reforma del centro cívico de Zabala. Y se encargarán los estudios previos para urbanizar las calles Amparo, Cantalojas, Arnotegi, La Laguna, Cantera... También se creará una escuela de empoderamiento para mujeres. En vivienda, la medida más importante será el programa del que se encargará la sociedad municipal Surbisa, con el que se pretende conseguir «una mejora sustancial» de la imagen de los edificios que sirva para retener y atraer actividades comerciales y residentes. Se busca disminuir el número de pisos y de lonjas vacías.

Además se mejorarán y decorarán comercios, se embellecerán las lonjas vacías y se promoverá su alquiler. El Ayuntamiento también seguirá de cerca la implantación de pisos turísticos para evitar la «gentrificación», hará un esfuerzo especial para que las comunidades se doten de ascensores y pondrá en marcha proyectos piloto para compartir vivienda. Y se creará una línea de autobús (la 55) para unir los ambulatorios de Miribilla, la Merced e Indalecio Prieto, pasando por San Francisco. El Consistorio pretende mejorar también la percepción de seguridad, además de la confianza en la Policía Municipal. «El nuevo plan está centrado en la dinamización social de los barrios», dijo el edil de Acción Social, Juan Ibarretxe.

Mientras, la histórica coordinadora de grupos, además de otra treintena de colectivos, lo considera otra «oportunidad perdida» porque no «aborda el desarrollo de los servicios públicos ni termina con la emergencia social». Demandan un plan integral y específico liderado por el Ayuntamiento pero en el que se impliquen la Diputación y el Gobierno vasco, con recursos económicos y técnicos suficientes y diseñado de forma participativa.