Un bulevar peatonal y ciclista junto a la ría unirá Bilbao y Getxo en 2024
Costará 36,5 millones e incluye un puente para peatones y bicis de Erandio a Barakaldo
Luis López
Martes, 9 de febrero 2021
El diputado general ofreció este martes una analogía poderosa al comparar el bulevar peatonal y ciclista que se proyecta hacer entre Bilbao y Getxo con ... una especie de Abandoibarra, pero a gran escala. Como un Abandoibarra de siete kilómetros. Seguramente sea un poco exagerado, pero la idea es la misma: recuperar la margen de la ría para la ciudadanía y diseñar un entorno en el que convivan el ocio y un modelo de movilidad sostenible.
Unai Rementeria y los alcaldes y alcaldesas de Bilbao, Barakaldo, Getxo, Erandio y Leioa presentaron este martes su intención de construir el tan reclamado bidegorri que unirá los municipios de la Margen Derecha. Pero será algo más, porque también se pretende que sea un bulevar peatonal. Y para completarlo, habrá un puente para ciclistas y peatones que unirá Erandio y Barakaldo, de tal modo que se conectará la red de bidegorris de ambas márgenes. Eso sí, este paso sobre la ría será móvil -es decir, se podrá levantar- para garantizar que la lámina de agua siga siendo navegable para los barcos.
La inversión total para el bulevar y el puente será de 36,5 millones de euros, que serán asumidos fundamentalmente por la Diputación. Pero también pondrán dinero Getxo y Leioa, titulares de la carretera BI-711 en los tramos que discurren por estos municipios. Así que pagarán su parte, según revelan fuentes forales. Habrá que esperar a afinar cuál será el coste definitivo del trabajo para conocer el importe final de la factura que asumirán ambos ayuntamientos.
Voladizos sobre el agua
En estos momentos se está llevando a cabo el proyecto constructivo por parte del Departamento de Infraestructuras y Desarrollo Territorial de la Diputación de Bizkaia. La idea es iniciar las obras en la segunda mitad de 2022, y terminarlas para 2024.
Se pretende «lograr la máxima anchura posible» en este bulevar para que la circulación en zonas separadas de peatones y bicis sea lo más fluida posible, dijo Rementeria en la cita en Erandio. Se tratará de siete kilómetros de recorrido que en algunos puntos deberá sobrevolar la ría. Hay que tener en cuenta que ahora la carretera prácticamente discurre junto a la lámina de agua en muchas zonas, por ejemplo, a la altura de Lamiako, donde el asfalto hace de frontera entre el Nervión y el humedal. Así que habrá que buscar soluciones para ganar espacio, lo cual tendrá su complejidad técnica pero también administrativa, al estar varias administraciones involucradas. Este trazado costará 20 millones.
El puente, por su parte, supondrá una inversión de 16,5 millones. Recordó el diputado general que será la primera construcción sobre la ría para uso exclusivo de bicicletas y peatones. Unirá la zona donde ahora está el embarcadero de Erandio con la baracaldesa de Urban Galindo, y la intención es que se convierta en un nuevo emblema de la transformación del entorno. «Tanto el puente como el bulevar se definirán con el conocimiento y la experiencia del grupo internacional de expertos en movilidad en la bicicleta de la Universidad de Breda, y de la Dutch Cyclist Embassy y el grupo impulsor de la bicicleta de Bizkaia», apuntó el diputado general.
A su juicio, estamos ante «un proyecto clave para el área metropolitana y para todo Bizkaia». Muy consciente de que en el pasado ha habido anuncios ambiciosos que no se llegaron a materializar, en esta ocasión aseguró que «la decisión es firme» y situó el inicio de los trabajos en la segunda mitad de 2022. Además, embarcarse en una iniciativa semejante sería la prueba de que «Bizkaia está en marcha pese a la pandemia» y mantiene «el ojo puesto en el futuro».
Complementariedad
Hizo énfasis, además, en que este gran eje peatonal y ciclista va a suponer una nueva alternativa de movilidad que «no va contra nadie», sino que es «complementaria». Recordó que en muchos puntos del trazado las salidas del metro están próximas, y también que se vislumbran otras grandes obras, como «el túnel bajo la ría» que pretende aliviar de tráfico la Avanzada y el puente de Rontegi.
Todos los alcaldes coincidieron en el impulso que el nuevo bulevar supondrá para la movilidad sostenible. Juan Mari Aburto recordó que «la apuesta de Bilbao por la bicicleta es clara», y apuntó que «hemos mejorado la red de bidegorris, llegando casi a 60 kilómetros». También mencionó que el servicio municipal de bicis eléctricas ya cuenta con 550 unidades y, sobre todo, recordó la implantación del límite de velocidad en 30 km/h, que hace de la ciudad un entorno «más amable e inclusivo». Ahora, se trataría de extender «el 'efecto Bilbao' por la ría».
Para la anfitriona y alcaldesa de Erandio, Aitziber Oliban, el proyecto es también una oportunidad para impulsar la regeneración urbana en la parte del núcleo urbano más próxima a la ría. Y la regidora de Barakaldo, Amaia del Campo, incidió en las posibilidades que ofrece para «recuperar los espacios» junto a la lámina de agua para la ciudadanía. Iban Rodríguez, primer edil de Leioa, resaltó el avance que todo esto supone en materia de «sostenibilidad», y su homóloga de Getxo, Amaia Agirre, destacó el «trabajo conjunto» entre administraciones.
Fría cordialidad entre Aburto y Rementeria
Tras el conflicto entre el diputado general de Bizkaia y el alcalde de Bilbao a cuenta de la decisión foral de enviar el Nagusi Intelligence Center a Urduliz, había curiosidad por ver cómo interactuarían ambos líderes en persona. Para su primer acto público conjunto desde aquel desencuentro, ocurrido hace un par de semanas, Unai Rementeria convocó a Juan Mari Aburto en Erandio, junto a los primeros ediles de los otros municipios implicados en una obra de claro impulso foral. Todos llegaron caminando juntos. Aburto aún con muleta tras su operación de cadera, y Rementeria se felicitó por «lo bien acompañado que estoy».
Pero no ocurrió lo que suele ocurrir en estos casos. Esto es, que las dos partes en discordia intercambian complicidades para disipar cualquier sospecha de desavenencia. Tampoco hubo tensiones demasiado evidentes. Sí cierta cordialidad fría, distante.
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