El nudo de Bergara avanza con lentitud por motivos medioambientales
La ejecución de los 12 kilómetros, divididos en tres sectores, se encuentra entre el 8 y el 34%, lejos del plazo que marcaba 2021 para acabar dos tramos
amaia chico
Domingo, 18 de abril 2021, 09:16
También la naturaleza que desbroza la maquinaria que abre paso al TAV en Euskadi marca el ritmo de unas obras que avanzan lentamente hacia un ... horizonte temporal aún difuso. En el corazón de la 'Y vasca', el nudo de Bergara que enlaza los tres ramales que conectan con las capitales, la cría del visón europeo, del alimoche o el milano real han sumado otro contratiempo a los plazos siempre superados que se marcan para construir cada kilómetro de vía de alta velocidad. Las exigencias medioambientales, entre ellas las paradas biológicas por especies protegidas, suponen una razón de peso que explica, en parte, el elevado retraso que acumulan los tres sectores en que se divide este núcleo situado entre Bergara, Arrasate y Elorrio, indispensable para que algún día los trenes de alta velocidad conecten San Sebastián, Bilbao y Vitoria entre sí, con el resto de España y con Europa.
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Este nudo fuel uno de los últimos tramos del TAV en arrancar su construcción. Lo hizo en julio de 2018. Y según los contratos adjudicados, al menos el primer sector debería estar listo a finales de este año. No será así. Está solo ejecutado el 13%. La información facilitada por Adif, la gestora ferroviaria estatal que se encarga de estas obras, detalla que de los 5,1 kilómetros que discurren en su totalidad por el término municipal de Bergara faltan aún por excavar los tres túneles que forman el recorrido: Udalaitz Este, con 2,3 kilómetros; Udalaitz Oeste, de la misma longitud; y Kortazar, con 1,6 kilómetros de vía doble. Los trabajos se centran ahora en preparar esa fase para adentrarse bajo tierra y enlazar el último tramo guipuzcoano ya acabado, el Bergara-Bergara, con el sector 2 y 3 del nudo que se encaminan hacia Vitoria y Bilbao. Este tramo, que se licitó por 134 millones a la UTE formada por OHL, Geotunel, Adolfo Sobrino y G&O, tenía un plazo de construcción de 38 meses que se verán superados de largo, aunque no hay nueva estimación temporal sobre su conclusión.
También en marcha desde 2018 se encuentra la obra del segundo sector en el que se divide este nudo ferroviario. Con una longitud similar, 5,2 kilómetros pero más caro, 182,7 millones de presupuesto adjudicado a la UTE Dragados, Tecsa Empresa Constructora y Amenabar, el tramo que se encamina hacia Vitoria a través de Bergara, Mondragón y Elorrio debería haber acabado ya, a tenor de los 30 meses de plazo acordados. Es el más avanzado de los tres sectores, pero solo tiene ejecutado un 34%.
Los 'imprevistos' medioambientales han obligado a parar las máquinas durante meses en algún punto, a modificar proyectos y a aplicar medidas de prevención para minimizar el impacto en espacios protegidos. La obra, por tanto, avanza de forma mucho más lenta de lo previsto.
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El último sector que conforma este nudo es el que encarrila la red ferroviaria hacia Bilbao. Es el más corto, 2,8 kilómetros, y el menos costoso económicamente, 66,32 millones adjudicados a la UTE Campezo, Comsa, Cycasa Canteras y Construcciones y Nortúnel. Pero su plazo de ejecución es similar al del resto, 37 meses. Un periplo de autorizaciones administrativas para garantizar la calidad de las aguas y preservar el hábitat del visón europeo han mantenido la obra en suspenso durante meses, y por eso apenas se ha avanzado en su ejecución un 8%.
Cauces fluviales, zonas de paso de fauna, depuradoras de aguas y recuperación del paisaje
Las cuestiones técnicas que marcan cómo y por dónde se ejecutará un túnel o un viaducto van acompañadas de exigencias medioambientales para amortiguar el impacto en la fauna, evitar la contaminación de ríos o arroyos o devolver a las laderas la vegetación desbrozada. Y en lugares sensibles como ese triángulo entre Bergara, Arrasate y Elorrio, la presencia de especies protegidas eleva aún más dichos requisitos. Adif indica que se construyen sistema de depuración de aguas en las bocas de los túneles para «minimizar los efectos de arrastre» del material excavado a los cauces, se «va reponiendo la cubierta vegetal» de las laderas, se plantan las especies habituales en zonas húmedas o árboles para recuperar el paisaje al final de la obra... Y en el caso de la fauna, como en el nudo de Bergara, se establecen zonas de paso para los animales y «se respetan los periodos de cría o reproducción» que se determinen.
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