Dos caminantes pasan delante del robledal que la Diputación vizcaína plantó hace casi tres años. Jordi Alemany

No crece el gran robledal del Peñascal

Casi tres años después de la replantación de la vieja cantera por parte de la Diputación apenas prosperan un puñado de ejemplares

Lunes, 15 de enero 2024, 07:10

Arriba del Peñascal, subiendo hacia el Pagasarri, está la vieja cantera con sus paredes vertiginosas, grises y verticales. En marzo de 2021 la Diputación de ... Bizkaia presentó allí lo que iba a ser un robledal imponente, con una superficie de 58.500 metros cuadrados que traducido al sistema métrico local eran «como ocho veces San Mamés». Entonces se habían plantado ya «15.000 ejemplares arbóreos y arbustivos», la mitad de los «más de 30.000» que se preveían al final de la actuación, todos «protegidos mediante tutor y tubo protector para evitar que sean dañados por la fauna». Aquello era un mar de tubitos verdes que brillaban prometedores.

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Ahora la zona se ve bastante parecida a como estaba en 2021, pero algo más mustia y abandonada. La hierba está crecida, muchas protecciones desprendidas y desperdigadas por la campa, y cuesta localizar algún ejemplar de roble que haya prosperado minimamente. La mayoría de las cánulas están vacías o con maleza dentro. ¿Qué ha pasado aquí? Que ha habido problemas con la fauna, cambios de titularidad, un entorno hostil, que se han plantado pocos árboles y muchos arbustos... Es un asunto con cierta complejidad.

De hecho, las complicaciones han existido prácticamente desde el primer momento. Recuerdan fuentes forales que durante el primer año de vida del bosque embrionario hubo que hacer nuevas replantaciones porque los animales salvajes se habían cebado con los retoños. En la Diputación aseguran que el modo de actuar fue el correcto y que estamos ante una especie de carrera de fondo. Que hay que ir poco a poco. Pero también apuntan que desde mayo de 2022 este lugar ya no es de responsabilidad foral porque se le entregó al Ayuntamiento, propietario de los suelos y ahora también encargado de que salga adelante el gran robledal que está a las puertas mismas de la ciudad.

Densidad arbórea

La gestión depende ahora del Ayuntamiento, que se encontró con que había 416 árboles y 40.000 arbustos pequeños

No es un sitio sencillo

Pero no está saliendo adelante. Para comprobarlo solo hay que darse un paseo por allí, un lugar que, por otra parte, tiene el atractivo y el misterio de los sitios que han vivido varias vidas. El gobierno municipal admite que «no es un sitio sencillo para que prospere un bosque, y no solo por la presencia de los animales». El Consistorio se refiere a que «hay que tener en cuenta que la plantación se realiza sobre terrenos de rellenos». Recordemos que aquí, en la vieja cantera, se arrojaron más de dos millones y medio de metros cúbicos de material sobrante durante la construcción de la Variante Sur Metropolitana, la mayoría de ellos provenientes de la excavación de los túneles de Arraiz y Larraskitu.

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Sobre todos esos materiales yermos se extendió sustrato vegetal para facilitar que prendiesen las plantaciones. Esa revegetación buscaba generar «un bosque de 'quercus robur' empleando especies arbóreas y arbustivas propias del cortejo del roble», anunció entonces la Diputación. En total, como queda dicho, serían más de 30.000 ejemplares.

Ocurre que finalmente la desproporción entre árboles y arbustos fue grande. Fuentes municipales revelan que «en la memoria recibida por el Ayuntamiento se habla de cuatro especies arbóreas (roble, fresno, arce y castaño) y una mezcla de arbustos y especies herbáceas». En concreto, «los números que manejamos para la zona de la cantera y alrededores son 416 árboles, 800 unidades de especies arbustivas de porte alto y mediano y 40.000 arbustos pequeños».

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Además de todo esto, los expertos de la administración local también recuerdan que para que un bosque evolucione naturalmente se necesitan «muchos años». Ahora estamos «en unas etapas iniciales» en las que se estaría generando un entorno propicio para el nuevo bosque. «Hay que dejar tiempo para que evolucione naturalmente», insisten desde el Ayuntamiento.

Varios intentos

Ya fue necesario volver a plantar por la presencia de animales salvajes y los técnicos evaluarán otra replantación

Estar vigilantes

Aunque también asumen que a la naturaleza hay que darle un empujón para que prospere la frondosidad, así que los técnicos municipales «están vigilantes y hacen un seguimiento periódico y frecuente del entorno. Se está en constante análisis de la situación». Conscientes de que las cosas no van muy bien, y de que es algo que cualquiera que pase por la zona puede comprobar, «se evaluará la necesidad de replantar en determinadas zonas del ámbito si fuera necesario».

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En su contexto

  • 58.500 metros cuadrados es la superficie destinada en la vieja cantera del Peñascal para acoger el robledal.

  • 2,5 millones de metros cúbicos de material sobrante de las obras de la Variante Sur Metropolitana se depositaron en el lugar durante años.

  • 16.900 metros cúbicos de tierra vegetal se extendieron sobre esa superficie materiales yermos para hacerla fértil.

  • 30.000 ejemplares arbóreos y arbustivos se preveían plantar para generar la superficie boscosa. Según el censo que le fue trasladado al Ayuntamiento, finalmente fueron 416 árboles, 800 arbustos de porte medio y alto, y 40.000 arbustos pequeños.

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