La magia de los Reyes vence a la lluvia en la comarca Nervión-Ibaizabal
Pese a las previsiones, el agua ha dado una tregua y sus majestades de Oriente se han dejado ver en muchos municipios
Parecía que esta tarde la lluvia iba a deslucir parte de los actos previstos en la agenda de los Reyes Magos. Pero dicen que no hay fuerza más potente que la ilusión. Contra todo pronóstico, sus majestades de Oriente han desfilado este viernes por varios municipios de la comarca y allí donde no han podido recorrer las calles por la previsión meteorológica, los dirigentes locales se las han ingeniado para que los más pequeños pudieran ver de cerca a sus majestades de Oriente.
En Basauri, Melchor, Gaspar y Baltasar han sido fieles a la cita y a las seis de la tarde han salido a saludar desde el balcón del Social Antzokia. En la calle, pequeños y grandes gritan emocionados y ansiosos por que el mágico trío se suba a sus carrozas. «Tenéis que llamarles para que sepan que habéis venido a verles», ha trasladado una madre a sus hijos. Y es que los desfiles del 5 de enero tienen esa capacidad de devolver la ilusión a quienes creían que esto de los Reyes es una cosa de críos.
«Yo vengo sobre todo por acompañar a mi nieta, que lleva toda la tarde esperando para verles», ha confesado Marga Rodríguez que acude junto a su marido y Ane, de cuatro años a la entrada del teatro. La carta de deseos de la pequeña se limita a «unas pegatinas de Frozen para la bañera». Rodríguez vive desde joven la tarde del 5 de enero de una forma especial y trata de transmitirle la ilusión a la nieta: «Me da pena que cada vez la gente tire más hacia el Olentzero y se pierda la tradición».
Estitxo Txaterina es una de las vecinas que no tiene costumbre de celebrar el Día de Reyes en casa, «somos más de Olentzero», cuenta, «pero venimos a la cabalgata y en casa de mi ama suelen dejar algo. El año pasado fueron unas entradas para un espectáculo», ha recordado junto a las pequeñas Nile y Nare.
Tras el saludo protocolario de los Reyes Magos, los tres se han subido a sus coloridas carrozas animados por su séquito y los pastorcillos y, en muchos casos, los rostros de los acompañantes han brillado más que los de los propios niños. Melchor, Gaspar y Baltasar han recorrido Basauri dejando a su paso un reguero de serpentinas, confeti y caramelos.
Por las previsiones que apuntaban a precipitaciones intensas durante la tarde, el recorrido ha evitado hacer paradas y las carrozas han desfilado de corrido hasta la plaza Arizgoiti, donde los Reyes han tomado asiento en sus tronos y han recibido a decenas de jóvenes basauritarras que entregan cartas de última hora.
A las seis de la tarde, también ha partido una comitiva Real de la plaza de toros de Orduña y debería haberlo hecho en Galdakao. Sin embargo, los organizadores de la cabalgata –Argizai Eskaut Taldea– optaron por suspender la actividad por la lluvia que se esperaba. En su lugar, los bajos de la escuela de Gandasegi han acogido pinta caras, una recepción con los Reyes y una chocolatada con bailes.
Etxebarri ha celebrado visitas a sus majestades de Oriente en la Casa de Cultura y en el frontón municipal. Y la plaza del Consistorio acogerá una verbena familiar seguida de una chocolatada. La cabalgata posterior ha tenido que ser modificada para adaptarse a las condiciones adversas. Así que los Reyes pasearán por las calles en tren txu-txu, en lugar del camión descubierto.
Epifanías
Los vecinos de Miraballes han estado todo el día pendientes del cielo desde primera hora. Y no era para menos. Dos de las principales atracciones para los más jóvenes de la villa, como son la cabalgata y la Epifanía, dependen de la meteorología. Finalmente, ha podido realizarse, aunque en la organización, Bernard Pascual, ha asegurado que «siempre tenemos un plan B por si se pone la cosa peor, que es cancelar la cabalgata y acortar la Epifanía». Pero este viernes no ha sido necesario para alivio de pequeños y mayores.
Arrigorriaga también ha podido acoger la 49 edición de su Epifanía. Un evento que está próximo a cumplir medio siglo y que ha contado con la participación de doscientos vecinos de todas las edades. «El mismo día de la representación siempre hay nervios, pero una vez que pisan la plaza del Ayuntamiento todo va bien», ha señalado Pilar González, una de las organizadoras de la Epifanía.
Parece que una vez más, los Reyes han hecho de las suyas en la comarca y el cielo ha dado una tregua para que los vecinos puedan vivir tranquilos la tarde más mágica del año.