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E. C.

Arrankudiaga y Llodio se hermanan después de revisar sus límites

Hace 270 años la Real Chancillería de Valladolid obligó a colocar una piedra trapezoidal para separar visualmente las posesiones de cada uno

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Martes, 27 de julio 2021, 00:05

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Por segundo año consecutivo el covid impidió ayer que Arrankudiaga y Llodio celebrasen por todo lo alto la estima en la que se tienen. La comitiva municipal de Arrankudiaga, encabezada por su alcalde, Txutxi Ariznabarreta (EH Bildu), y la de Llodio, liderada por Ander Añibarro (PNV), se quedaron sin el tradicional 'hamaiketako', que tiene lugar en las campas de Santa Ana cada 26 de julio y que sirve para dar por finalizado el acto en el que ambos municipios repasan sus límites y visitan el mojón.

El evento en el que los dos mandatarios depositaron sus respectivas makilas y clavaron en la tierra los chuzos de plata de cada uno de los dos pueblos fue sencillo. Nada de apretones de manos ni besos. Y los participantes fueron los mínimos.

«Todos los años miramos el mojón, es un ritual, pero también se aprovecha para comentar los temas que hay, lo que nos preocupa. Este año habrá que comentarlo a palo seco. Sin txakoli ni pintxos» lamentó Ariznabarreta. «En 2020 dijimos que este año lo haríamos doble, pero tendremos que esperar al año que viene para que sea triple», añadió resignado Añibarro. Únicamente tomaron un café en un bar del barrio de Areta.

Aún así, los mandatarios de ambos municipios quisieron celebrar el que es un ejemplo de «hermanamiento» entre un municipio vizcaíno y otro alavés. Recuerdan que hace 270 años ambos pueblos zanjaron los conflictos que tenían por los lindes. Aunque lo cierto es que se vieron un poco obligados después de que la Real Chancillería de Valladolid ordenase colocar una piedra de forma trapezoidal para que quedase claro, por si había alguna duda, hasta dónde llegaban las posesiones de unos y por dónde podían circular los otros.

Festividad

En 1965 se decidió reuperar la festividad de Santa Ana en el barrio de Llodio y se instauró la costumbre de celebrar una romería y visitar las campas donde antaño se erigía una ermita. Y quizás por ello, los dos equipos de gobierno para recordar ese pasado tortuoso, pero también marcado por la cercanía clavaron juntas sus lanzas. La de Llodio está grabada con esmaltes de lobo y la de Arrankudiaga posee un lujoso estandarte rojo con leones y escudos.

La rivalidad es un tema pasado. Hoy en día los alcaldes aprovechan para relacionarse. Porque aunque Arrankudiaga es un enclave vizcaíno y Llodio es el segundo municipio más importante de Álava, es necesaria la cooperación entre los distintos ayuntamientos que se encuentran pegados a la muga de las dos provincias vascas.

«Como municipios colindantes y como zona compartimos bastante temas porque Arrankudiaga-Zollo, como también Arakaldo, Orozko y Orduña estamos muy metidos en la vida de Aiaraldea y nos lleva a tener bastante relación. Compartimos asuntos de seguridad, asuntos económicos y estamos en la ponencia de Aiaraldea», recordó el alcalde vizcaíno. «Es un día especial para todos, revisamos el mojón, pero es el acto histórico en sí, nos ponemos cara las dos corporaciones y es un día bonito para comentar cuestiones que nos ataña como municipio y nos interesa», añadió Añibarro.

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