GUARDIA CIVIL

Detenido por vender droga en su bar de Lemoa junto al polideportivo, centros educativos y cerca de la discoteca

Según la Guardia Civil era «un lugar idóneo» para comercializar con estupefacientes, a pie de carretera, con un aparcamiento anexo y cerca de una gran discoteca

Jueves, 6 de agosto 2020, 10:25

Desde las diez de la mañana, «y hasta más de la una de la madrugada» el trasiego de clientes en busca de droga era «constante», según reconocen fuentes de la Guardia Civil. Incluso los agentes que vigilaban el bar Bikandi de Lemoa desde hace más de tres meses llegaron a contrastar en su interior como algunas personas la compraban y la consumían sin salir del local. Finalmente el cuerpo policial ha detenido a su propietario acusado de un delito contra la salud pública por tráfico de estupefacientes y lo ha puesto a disposición judicial. Y no es la primera vez que lo hace, y también en el mismo establecimiento, según las mismas fuentes, razón por la que ya fue arrestado hace dos años.

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La ubicación de local, según reconoce el Instituto Armado, era idónea para comercializar con estas sustancias ilegales. Un tanto alejado del centro urbano, a la orilla de la carretera BI-635 y con un aparcamiento justo al lado. «La gente aparcaba, entraba, compraba y se marchaba», explican los responsables policiales. Probablemente, en su opinión, el punto de venta se encargaría de abastecer a gran parte de la comarca.

El lugar, además, se encuentra muy cerca del polideportivo municipal, de varios centros educativos y a apenas unos centenares de metros de una conocida discoteca en la zona. Desde el Instituto Armada advirtieron en ese sentido del proceso de concentración que se está dando, y más a raíz del confinamiento por la crisis del coronavirus, «de los puntos de venta en torno a grandes centros de ocio para hacerlos más accesibles».

El arresto estuvo precedido de un registro del establecimiento en el que los agentes se incautaron de, además de una báscula de pesaje y más de 1.400 euros en billetes de pequeña cuantía, de diversas drogas ocultas debajo de la barra. No fueron grandes cantidades sino varias dosis como una pastilla y varias bellotas de hachís, cuatro dosis de cocaína y once de anfetaminas. «Es habitual que se encuentre mucho material en el propio punto de venta porque los traficantes suelen tener una «guardería», un lugar seguro probablemente cerca y con una persona que se enencarga de suministrarles regularmente», explican desde la Guardia civil.

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