Desconocidos roban a plena luz del día la cámara web y dos focos del refugio del Gorbea

Joseba Elorrieta, uno de los dos gerentes que se hacen cargo del edificio desde 2014, todavía no da crédito a lo sucedido. No llega a comprender qué ha podido mover a los ladrones. No se lo explica. «Han tenido que venir en coche, con lo que ello conlleva porque está prohibido, o venir una hora andando con una escalera para subirse a robar una cámara que no supone tanto en dinero, pero que sin embargo perjudica a la gente, a los montañeros y es una auténtica puñeta», ha lamentado.

Criticó que el que lo ha hecho es un «sinvergüenza». «En dinero no es tanto lo que se han llevado. En el mercado de segunda mano no van a sacar mucho, pero sí que ha sido alguien que a ido a fastidiar. No tiene sentido», se quejó.

Los mayores perjudicados han sido los propios usuarios, que se conectaban a través de la cámara web para ver el entorno y la situación atmosférica. «Hoy ha nevado, esa imagen se ha perdido y no se ha podido ver por culpa del robo», explicó el lunes. «Han incordiado a un montón de gente y aficionados que les gustaba ver el Gorbea en directo. Se ha hecho a mala leche», se apenó. Cada diez minutos, a 1.066 metros de altitud, publicaba las fotos del lugar.

Tiene claro que la sustracción se produjo a las «15.00 horas». ¿Por qué? La última foto que realizó el equipo es de las «14.59 del pasado jueves, 27 de febrero. Hasta entonces tomó imágenes con normalidad y luego se detuvo», explicó. En su intento de encontrar a los cacos han revisado las grabaciones anteriores a la sustracción. «La verdad es que nos genera inquietud y da pena», admitió Joseba Elorrieta.

Volver a instalar la webcam llevará su tiempo. Elorrieta confía en que quizás esté en marcha en un «mes». «Lleva sus horas porque tiene que venir el técnico hasta aquí y encima emite a través de vía satélite y hay que programarlo», recordó. Aún así, de momento se contempla la idea de volverla a colocar. No se da por vencido. Según comentó a EL CORREO, la puesta en marcha de la cámara forma parte de un proyecto en el que también se incluye la instalación de una estación meteorológica en un futuro.

Elorrieta es desde hace seis años el guarda del refugio, que se inauguró en los años sesenta, un lugar que sirve de abrigo y de resguardo a los montañeros. Este experimentado deportista, junto a Yoli Martín -la primera mujer vizcaína que alcanzó un 8.000, el Cho Oyu en 1993- se hizo cargo de un negocio al que le dieron un aire nuevo y llenaron de vida. Desde sus instalaciones se organizan actividades de lo más variadas como programas para grupos, colonias de verano para jóvenes y excursiones, entre otros.