El belén más alto de Bizkaia está en el Gorbea

La Cruz del Gorbea no es un sitio cualquiera para los montañeros vizcaínos. Tampoco para los alaveses. Simboliza un espacio de encuentro para los alpinistas. Y, por eso, tampoco es de extrañar que la cima del significativo monte vasco, en el que la espiritualidad y la religión conviven con la naturaleza, a través de un aspa de metal, dé cobijo durante unas semanas– desde el domingo y hasta el próximo día de Reyes– al que es «el belén más alto de Euskadi».

Con «estas características» podría ser también el «único de España», asegura Josu Beltrán, uno de los montañeros que lleva el pesebre a tocar el cielo del territorio, a 1.500 metros de altura. «A esta altitud, sin posibilidad de resguardarse, a la intemperie y en un lugar en el que azota tanto el viento como la lluvia, no hay más en todo el Estado. Es cierto que hay clubes que suben a sitios, incluso más altos, se sacan una foto y se van. En otros lugares lo guardan en alguna cueva, pero nada tan importante como esto», alardea el alpinista.

La tradición de llevar un pesebre a la emblemática cima llegó a Bizkaia proveniente de «Asturias, de Picos de Europa», recuerda. Y fue curiosamente aquí, en Euskadi, donde año tras año se ha conservado–cumple 53 ediciones– como todo un ritual para este grupo de aficionados a pasear por las cumbres.

Todo empezó en 1970 cuando a un relojero navarro afincado en Bilbao, Pablo Valencia, que era muy aficionado al Gorbea, le dio por llevar las figuras para celebrar la Navidad. No pudo hacerlo por mucho tiempo y cuatro años después cedió el testigo a un integrante del club de montaña Juventus de Bilbao. «Los dos eran montañeros y tenían mucha amistad a cuenta del negocio del primero y sus relojes de Cuco. Valencia le comentó a nuestro socio que sus hijos no querían subir más y que él era ya mayor para seguir con esta historia, así que nuestro compañero le dijo que no se preocupase que ya se hacia él cargo y hasta ahora», añade Beltrán.

Chucherías

La marcha comenzará en Pagomakurre a las 10.30 horas. El grupo saldrá del refugio Egiriñao Juventus, que se ubica a 1.100 metros, y sobre las 12.00 horas harán cima. «Vamos despacio porque entre que nos paramos, sacamos fotos, charlamos...», comentan. Portarán la caja con forma de caserío vasco en cuyo interior se encuentra el nacimiento. «Esta hecho con chapa galvanizada en los antiguos Hornos de Bizkaia. Dos de los que participan en la subida eran bomberos de la fundición y las figuras se hicieron con el famoso 'all iron' de la mina Concha II, el del 'alirón, alirón, el Athletic campeón'», recuerda el montañero.

La solidez que proporciona el material ha permitido que las figuras cumplan 53 años intactas, a pesar de las inclemencias meteorológicas. «Lo ponemos antes de la Navidad y lo quitamos después de Reyes porque no consideramos que pinta nada un belén todo el año en la cruz del Gorbea. La gente es muy respetuosa y salvo algún destrozo que también ha sufrido está intacto. Como se encuentra colgado, no molesta ni para sentarse ni para nada. Incluso hay veces que está tan cubierto de carámbanos que ni siquiera se ve. Lo tapa la nieve», advierten.

Para darle un toque «festivo», 'los del nacimiento', como se autodenominan, se disfrazarán en esta ocasión de Vikingos. Desde hace una década aportan de esta forma un punto más lúdico, que sobre todo agradecen los más pequeños. Para ellos tendrán además un cofre repletos de chucherías.

En 2021 se vistieron de piratas, en plena pandemia no faltaron a la cita y lo hicieron de duendes y en 2019 celebraron una boda por el 50 aniversario del evento. «Esto es algo muy importante y aunque algunos somos mayores, hay gente de más de setenta años, y pocos jóvenes se animan con la tradición, no podemos dejar que se pierda», apuntan.

Uno de los belenistas incluso viene todos los años desde Tenerife. «Le destinaron allí por trabajo, solo viene para vernos y por la colocación, pero no falta a la cita», recuerdan. A más de 1.000 metros pasarán tres noches. «Nos gusta que sea intenso. El resto de los días hacemos más rutas y paseos», reconocen.

Y es que la devoción es tal que incluso el grupo se ha llevado el nacimiento en dos ocasiones a recorrer el Camino de Santiago y lo ha transportado durante «4 años 8 meses y 16 días» en el ascenso a las 596 cimas de primeras categoría que hay en Euskadi, según la Federación vasca de montaña.

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