Un basauritarra tiene el tercer mejor belén casero

Palos de Chupachups, corchos, motores de lavadoras de pequeñas dimensiones, ganchos para colgar lámparas...Desde hace nada menos que 36 años el basauritarra Luis Celaá acapara cualquier objeto que tenga a mano para montar un belén, que es la envidia de su vecindario y que suscita el interés de amigos, familiares y hasta de cualquier visita. «Si están en la puerta acaban entrando, hasta los repartidores me piden que les de la luz», reconoce este residente en las peatonales, que acaba de ganar el tercer premio del LXII concurso de belenes en hogares organizado por la asociación belenista de Bizkaia.

Como cualquier aficionado a estas decoraciones, cada año sumaba un objeto nuevo y, así, se fue picando. «Primero fue el nacimiento, compraba una figura o dos, otro año las ovejas y poco a poco iba haciéndolo, luego me metí con las casas con corcho de suelo, con escayola e incluso a adaptar las figuras. Las cortaba para que pudieran sentarse y las mecanizo...», relata a EL CORREO.

Un molino que gira, una cascada con agua, un leñador que corta madera e incluso los parroquianos de la época tuestan un cerdo en un belén que retrata la vida de la época y que este año ha sumado una ovejas que se levantan y caen. Montarlo le supone al basauritarra «dos días». «En el puente de diciembre lo pongo y lo quito una vez pasada Reyes», apunta. «Me entretengo, cuando llegó a casa estoy dándole a la cabeza», reconoce. Cuenta además con la ayuda de su familia. «Mi mujer ha hecho ropa, una huerta con tomates, unos tiestos y mis hijas cuando eran pequeñas ponían las figuras, ahora es el nieto el que echa una mano», asegura. «Cada figura es independiente para que así puedan seguir funcionando en el futuro«, añade.

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