Las ‘entradillas’ honran a La Antigua
Los vecinos de Arrastaria rindieron ayer tributo a la patrona de Orduña con un baile que solo se interpreta una vez al año
ASIER ANDUEZA
Martes, 9 de mayo 2017, 23:41
Acompañados de cruces, estandartes y banderas, y a ritmo de un txistu que interpreta una marcha del compositor Rafael Madaria, las autoridades de Tertanga, Aloria, Artomaña y Delika aldeas del municipio de Amurrio, pero con una relación muy cercana con Orduña encabezaron ayer, como cada 9 de mayo, la procesión que partió desde la ermita del Buen Suceso y que finalizó en el Santuario de La Antigua, en la ciudad vizcaína. Allí cumplieron una vez más con el voto que en su día hicieron a la que desde hace siglos tienen también por patrona.
Esta es una de las tradiciones más curiosas de los Ochomayos y atesora 378 años de historia. El alcalde de Aloria, Javier Ugarte, se encargó un año más de encender un cirio, leer el discurso de fidelidad a la Virgen y de hacer entrega de una simbólica aportación económica para el mantenimiento del templo.
A la salida, todos los peregrinos disfrutaron de las tradicionales entradillas. Este baile lo integran un saludo de honor a la Virgen y una danza muy simple y breve, formada por una primera parte de contradanza y una segunda más movida, de arin arin, que se interpreta hacia atrás.
Los protagonistas son jóvenes de entre 7 y 20 años de las aldeas. Ayer tocó hacer los honores a Aitzine Apodaka, Eztizen Ugarte, Olatz Álava, Maider Bas, Egoitz Urkiano y Mikel Meabe. «Las entradillas son muy fáciles, pero los puerros que bailamos todos son un poco más difíciles. Es un gran honor bailar», explicaban antes de su esperado momento. «Es un día grande para los que vivimos en Arrastaria. Las familias nos juntamos para venir en peregrinación a Orduña y luego hacemos una comida familiar», añadían.
En la misma línea, desde al Ayuntamiento destacaban que «solo se baila cada 9 de mayo y se transmite de generación en generación. Es un día muy especial, porque supone el reencuentro de las cuatro aldeas, que se hacen con el mando de Orduña», explican fuentes municipales.
Variante de Saratxo
De hecho, tras bajar desde el Santuario, y en el lugar donde está la antigua señal que indica la entrada a la ciudad, en el edificio de La Alhóndiga, la alcaldesa de Orduña, Idoia Aginako, entregó su bastón de mando a la de Amurrio, Josune Irabien, para que los dueños de la ciudad por un día fueran los vecinos de las pedanías del municipio alavés. Este año fue más reivindicativo y estuvieron acompañados por un grupo de vecinos del valle que, a través de una pancarta, reclamaban la construcción de la variante de Saratxo, un proyecto, según Irabien, «muy beneficioso para todos los que residimos aquí».