La negociación entre Aburto y Gil se complica en vísperas de la constitución del Ayuntamiento

En realidad, nacionalistas y socialistas están condenados a entenderse porque así lo exige el pacto que las ejecutivas vascas de PNV y PSE han alcanzado para dar estabilidad a las distintas administraciones locales en Euskadi. Así que el destino es conocido: llegar a un acuerdo. Lo interesante ahora es el viaje. Cómo se alcanza el obligado entendimiento. Cómo se reparten ambos partidos las concejalías, el poder, y qué proyectos priorizan durante el próximo mandato porque, claro, cada uno presenta un programa electoral diferente.

Como ya es conocido, el panorama en Bilbao es particular. Tanto PNV como PSE, las dos formaciones más votadas en la ciudad, han ganado sufragios y concejales en el pleno municipal, lo que legitima a los dos para considerarse merecedores de tener más peso en el Ejecutivo local (ahora, los jeltzales gestionan 12 áreas, y los socialistas 3). Pero, claro, para que uno gane, el otro debe perder. Más fácil lo tienen en San Sebastián, donde el PNV ha subido mientras el PSE ha bajado, de manera que Eneko Goia ya adelantó que su formación ganará peso en detrimento de su socio. Lógico. Y, aún así, no se espera que sellen un pacto hasta la próxima semana.

Eso es posible. Es decir, que en el pleno de mañana únicamente se elija alcalde. Y que la definición del Gobierno se posponga hasta dentro de dos semanas, en otro pleno extraordinario donde se afinarán al detalle no sólo las delegaciones del alcalde, sino también otra serie de cuestiones de funcionamiento interno y distribución de cargos de confianza. ¿Es esto lo que va a ocurrir en Bilbao? Distintas fuentes vinculadas en las negociaciones nunca han descartado este escenario, y ayer menos que nunca.

En cuanto al motivo del conflicto que separa a Aburto y Gil (en unas conversaciones en las que también participan los líderes vizcaínos de ambos partidos, Itxaso Atutxa y Mikel Torres) es el conocido. El que está ahí desde el principio. ¿Quién gana peso en el Gobierno a costa de quién? Bueno, también hay una posibilidad de que ambas formaciones cobren más protagonismo: aumentar las áreas de gestión. Por ejemplo, de las 15 actuales, a 17. De momento, Juan Mari Aburto ya anunció en campaña electoral que tiene pensado crear una concejalía de la Mujer. Todo lo demás es lo que está por definir. Cómo se estructura el Gobierno. Si se fusionarán unas áreas, si se crearán otras nuevas...

También es cierto que aumentar la estructura municipal, es decir, el número de áreas, tiene un coste. De ello está muy pendiente el comité de empresa del Ayuntamiento. Fuentes sindicales recuerdan que más concejalías implican más direcciones y más gastos de personal no funcionario. De hecho, los mismos medios apuntan que en 2015, al arranque del último mandato, Bilbao aprobó destinar un 8% más para sueldos de concejales y cargos de confianza. Así que los representantes de los trabajadores (ELA mantiene una hegemonía incontestable) siguen con mucha atención las negociaciones.

Eso sí, los partidos mantienen sus encuentros envueltos en un total hermetismo que alimenta todo tipo de especulaciones: que si Aburto ha ofrecido a Gil la concejalía de Mujer; que si se quiere compensar un menor número de áreas con más presupuesto a gestionar; que si se mantiene la cosa como estaba en el último mandato, esto es, en la relación 12/3; que si Gil incluso plantea quedarse en la oposición prestando apoyos puntales al Gobierno Aburto...

Lo más admirable de todo esto es que en cualquier momento, hoy quizás, o puede que dentro de dos semanas, se va a desbloquear.