Mungia reinventa el caserío de Olentzero ante la caída de visitantes
El Ayuntamiento exigirá en la nueva licitación del servicio plantear «una oferta variada, estable y de calidad» para asegurar la viabilidad del proyecto
En 2007 abrió sus puertas en Landetxo Goikoa, caserío de 1510, la casa de Olentzero. Desde entonces, miles de familias se han acercado a Mungia ... en las fechas navideñas a conocer al carbonero y también Izenaduba Basoa, el primer centro de interpretación de la mitología de Euskadi, que se extiende en un terreno de 6.000 metros cuadrados alrededor del caserío. Pero factores como «la bajada de la natalidad», entre otros, han producido un descenso paulatino en el número de visitantes. El Ayuntamiento quiere dar una vuelta al proyecto para asegurar su viabilidad y la empresa que se haga con el concurso para gestionar este servicio, que saldrá a licitación, tendrá que acordar con los responsables municipales una programación anual de actividades, «garantizando una oferta variada, estable y de calidad».
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La idea es que las instalaciones, que están afrontando mejoras este verano, sigan siendo «un referente de la mitología vasca y del patrimonio cultural, con el caserío Landetxo Goikoa –uno de los más antiguos de Bizkaia– como pieza central y diferencial de la experiencia». Y que, más allá de noviembre y diciembre, cuando se concentran el grueso de las visitas, se refuerce su «función cultural, educativa y turística».
Hasta el momento, el parque ha acogido colonias de verano, cumpleaños, talleres infantiles, conciertos, catas, actividades escolares..., pero en el Ayuntamiento entienden que «un aspecto fundamental» es otorgar «mayor protagonismo» a las visitas al caserío, tanto por su «valor arquitectónico e histórico» como por «la oportunidad» que ofrece de «transmitir la cultura vasca a través de un edificio único».
El futuro modelo de gestión, sostienen, pasa por «diversificar la oferta», con la mirada puesta en «consolidar las actividades educativas y familiares». Aunque también impulsando la colaboración «con el sector turístico comarcal y con agentes culturales» e incorporando «actividades innovadoras y sostenibles» con las que reforzar «la identidad» del parque como un «espacio cultural singular de Euskadi».
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Tres escenarios
Lo que deja claro el plan de viabilidad con el que cuenta la Administración local es que el recinto necesita mantener o incrementar la afluencia. Se plantean tres escenarios, y en el más desfavorable, con un descenso de visitantes del 10%, no se cumpliría con los ratios de viabilidad. Esa hipótesis, en cualquier caso, no es descabellada. El pasado año acudieron a las instalaciones 35.793 personas, un 10,5% menos que en 2023 y muy por debajo de las 42.897 de 2019.
Desde el Consistorio subrayan que «también hay que tener en cuenta que los datos de 2019 son anteriores a la pandemia, y que, como en muchos otros equipamientos culturales, año tras año está costando recuperar los niveles previos». En cualquier caso, destacan, «el plan de viabilidad confirma que el parque es económicamente viable con los niveles actuales de visitantes», por lo que «es clave reforzar la programación y la captación de nuevos públicos».
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