Varios técnicos controlarán la honestidad y la ética de los políticos de Barakaldo
La Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento ha aprobado la creación de un órgano para velar por la transparencia y el buen hacer de quienes dirigen la política en la urbe fabril
El Ayuntamiento de Barakaldo, que ya disponía de un código ético desde 2017, documento aprobado que permite al equipo de gobierno rendir cuentas ante los ciudadanos y asumir responsabilidades si se comete alguna infracción, ha aprobado este viernes la puesta en marcha de un órgano para su seguimiento y control, que verificará la honestidad de quienes dirigen la política local en el municipio fabril.
Estará compuesto por varios técnicos municipales, entre ellos el secretario y la vicesecretaria, además de personal del área de Contratación, de Recursos Humanos, de Gobierno Abierto y de Alcaldía. El órgano se reunirá de forma periódica y velará por la transparencia y el buen hacer de los distintos representantes institucionales y cargos públicos.
Además, en la sesión se ha firmado nuevamente la adhesión del Ayuntamiento al código ético, un documento idéntico al aprobado en 2017 y 2019, que fue elaborado tomando como referencia el realizado por Eudel hace una década, el código ético y de conducta del Gobierno vasco, el código de buen gobierno local, y el código ético, buen gobierno y compromiso institucional del Ayuntamiento de Bilbao, elaborado en 2015.
Apercibimientos y renuncias
El texto ha tenido en cuenta los principios recogidos en la Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno, y recoge distintos valores que deben regir en la gestión del Consistorio, como la integridad, la ejemplaridad, el desinterés subjetivo, la imparcialidad, la rendición de cuentas, la honestidad o el respeto. También se contemplan en él distintas amonestaciones y apercibimientos, hasta la obligación de renunciar al cargo si se utiliza una mala conducta. «Un instrumento que trata de crear confianza entre los responsables políticos y la ciudadanía», como así declararon los representantes políticos fabriles hace seis años.