Sopuerta presume de su pasado minero
Un vecino de la localidad impulsa un proyecto para poner en valor varios yacimientos creados a finales del siglo XIX desde donde se enviaba mineral a Inglaterra
Tras la última guerra carlista la explotación minera arrancó en Bizkaia, y a partir de 1876 se inició una rápida expansón de la producción del mineral de hierro, aunque siglos antes ya había quien se dedicaba a estas labores a pequeña escala. Los montes de Triano tuvieron un especial protagonismo en esta etapa, pero también otros puntos de la provincia, como Sopuerta, con el coto Alen, donde se inició posteriomente la actividad. Allí, en varios yacimientos, se extrajo durante décadas el mineral que en su mayoría fue exportado por Castro Urdiales, a donde llegaba en líneas férreas para embarcar en el mar rumbo a Inglaterra.
Todo este pasado minero, ligado a la historia del municipio, se pretende poner en valor gracias al ímpetu de un vecino, Juan Manuel Román, docente jubilado que lleva varios años limpiando y enseñando este paraje. Su objetivo no es otro que proteger la memoria y a la vez luchar contra el olvido. «No hay pasado sin memoria, ni futuro sin pasado», ha destacado en la presentación del proyecto, que se ha llevado a cabo en el Museo de Las Encartaciones, que al igual que el Ayuntamiento y el servicio de Montes de la Diputación colaboran en este plan de recuperación paisajística.



Para ello este miércoles se ha celebrado una visita guiada, actividad que se repetirá este sábado, y en la que una treintena de personas pudieron descubrir vestigios de las antiguas minas bautizadas como Amalia Juliana, María, Cecilia y Sorpresa. Esta última fue la más destacada. Empezó a explotarse en 1909, de la mano de un empresario de Zalla, Manuel Taramona, y su nombre se debe a que en su interior se llegaron a encontrar 4 millones de toneladas de hierro, siendo «la más potente» de todas las del entorno.
En ella llegaron a trabajar 300 personas, y destacaba por su tranvía aéreo, de casi 10 kilómetros, que conectaba con Baltezana, desde donde en ferrocarril se llevaba la producción hasta el cargadero de Saltacaballos. De este yacimiento se conserva «prácticamente todo», desde los depósitos, al polvorín, el edificio donde comían y se duchaban los mineros, la oficina... Numerosos vestigios de estos yacimientos están ya deteriorados por el paso del tiempo, o escondidos entre frondosa vegetación.
Barrio de El Sel
Este proyecto pretende recuperar en una primera fase la mina Sorpresa y descubrir el barrio de El Sel, donde hubo escuela y cantina, entre otros servicios, y donde residían más de 140 personas a principios del siglo XX. Habitado y conservado en la actualidad por descendientes de mineros, se contempla hacer «un lugar más accesible y visitable», creando una ruta temática señalizada.
También se está trabajando en una publicación divulgativa para mostrar el impacto que tuvo este coto –en el que también existió otro yacimiento, Federico, situada en el término de Arcentales–, para fomentar el turismo cultural en Sopuerta. Con ayuda del Ayuntamiento se espera poder enseñar la mina Sorpresa, y el Museo de Las Encartaciones ya ha decidido centrar en este entorno su jornada de la Ruta de las Ferrerías, en octubre, e incluir dos itinerarios culturales dentro de las Jornadas de Patrimonio.
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