Plaga de ratas en Kabiezes: «Ves a niños corriendo por ahí para intentar cogerlas»

Coinciden con ella Vanesa y Pili Tobar. Para ellas el problema reside en los setos plantados en el entorno. «Han hecho sus nidos debajo y están cómodas», argumenta Pili. «Yo las llamo 'las urbanizaciones' –matiza Vanesa, que regenta un comercio en la zona–. Me han entrado en la tienda hasta aquí», explica mientras señala el mostrador y da gracias a que no hubiese ninguna clienta en aquel preciso momento. A Jon Ander Cortés también le llegaron a entrar en una ocasión «hasta el baño» de su cafetería, ubicada en la zona.

Emilio Quintanilla, sin embargo, asegura que en su comercio solo le han entrado palomas. «Ratas solo he visto pasar de un seto a otro a las 7.30 de la mañana, aún de noche, mientras fumaba un cigarro». Según el relato de Bea Martín, que trabaja en uno de los bares del paseo, en cambio, sí ha visto más ejemplares. «Y eran monumentales», describe.

Cuenta Cortés que «las he visto a las mañanas, pero cuando sacamos las terrazas se suelen meter en las madrigueras que hacen dentro de las jardineras. Está plagado, deben de tener mucha comida». Leticia Velasco y Begoña De Haro son vecinas de la manzana y son habituales en el paseo del metro. «Vemos ratas todos los días, da igual que sea de día o de noche. Por lo menos hay una familia», constata Velasco.

Esta plaga arrancó el pasado verano. Empezaron a verse ejemplares sueltos por las tardes, cuando los vecinos salían «a tomar el fresco», como recuerdan Vanesa y Pili Tobar. «No las ves correr mucho –relatan–. Van oliendo, buscando comida. No sabemos hasta dónde va a llegar esto, pero con la rapidez a la que se reproducen, va cada día a más. Es muy desagradable». Ellas aseguran que, aunque «es inevitable tener ratas», esta problemática va unida a que «apenas hay gatos callejeros, que hacían su función», y por eso es fácil que las ratas paseen «como Pedro por su casa a plena luz del día. Ves a la gente que va gritando por ahí».

Los equipos municipales encargados de mantener los setos apuntan, por su parte, que es «complicado» atajar la plaga con veneno «porque hay perros y niños». Desde el Ayuntamiento aseguran que no están «mirando hacia a otro lado» y desvelan que hace un par de semanas llevaron a cabo una intervención con la que esperan haber atajado el problema. «Hay que dar su tiempo a que tengan efecto, señalan, al tiempo que recuerdan que cada año realizan «tres campañas de desratización».

Los residentes subrayan que la clave de todo está en las «dichosas jardineras», sobre todo «la que tiene la escultura» en recuerdo del grupo de dantzas Mendialde. «Se supone que están en ello, y debe haber un equipo especial para eso. Pero si todos sabemos que el foco está en estos jardines, que los quiten, los limpien a fondo y los remuevan. Bajo las plantas hay una malla y están debajo».