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Álex Rodríguez cultiva desde hace unos meses en Arcentales y ha tomado el testigo de Ana Mari Llaguno. Laura González

La cebolla morada tiene futuro en Zalla

Álex Rodríguez se ha estrenado en la 80 edición de la feria del Día de Gangas siendo el único productor local de este apreciado bulbo

Lunes, 6 de octubre 2025, 11:10

Recién aterrizado en el sector, aunque criado en un baserri, en el barrio de Otxaran, Álex Rodríguez ha sido el único productor hortofrutícola de Zalla en una de sus fiestas más especiales, el Día de Gangas. Se trata del escaparate más antiguo del sector primario en la comarca, que acumula ya ocho décadas poniendo en valor el mejor agro de la zona, y que sigue teniendo un gran tirón, congregando a miles de personas durante toda la jornada de este primer lunes de octubre para llenar la despensa con el sabor tradicional.

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Allí, con su puesto, y ante sus vecinos, se ha estrenado en su primera feria Álex, a sus 28 años, mostrando la cosecha de temporada de los últimos meses, con acelgas, tomates, pimientos, vainas... Todo cultivado en un terreno en Arcentales gracias a un proyecto impulsado por la asociación Enkarterrialde, para animar a los jóvenes a crear su propio negocio en este ámbito. «El trabajo es duro, pero estoy muy contento», apuntaba mientras despachaba a sus clientes. En la primera media hora ya había vendido 8 kilos de cebolla morada, el producto estrella de Zalla, y que se ha propuesto impulsar, tras coger el testigo de Ana María Llaguno, jubilada después de más de cuarenta años dedicada a la producción de esta planta.

«Es el futuro», afirmaba orgulloso el alcalde, Unai Diago. «El primer sector necesita que trabajemos con ellos porque es estratégico, todo lo que somos, pero nadie lo puede sacar solo adelante. Y la cebolla morada tiene que seguir siendo nuestro buque insignia, y que haya relevo para que todo el trabajo hecho por Ana Mari, Alicia, Larruzea o Pili pueda seguir y tengamos mucha cebolla morada en Zalla durante mucho tiempo», ha añadido el regidor.

Precisamente para poner en valor este bulbo, peculiar por su dulzura y su jugosidad, que tanto quienes lo producen como quienes luego lo utilizan coinciden en señalar que da «un toque perfecto» a todos los platos, la feria ha contado por segundo año consecutivo con el espacio 'Tipula Morea Gunea', un rincón para degustar pintxos elaborados con este producto por varios bares del municipio, regado con txakoli con sello local, de bodegas Virgen de Lorea y Txabarri.

El premio para Güeñes

Esta cita, que nació para que las familias pudieran vender los excedentes de la cosecha, y que contó también con 250 cabezas de ganado, otorgó el premio a la mejor cebolla morada a Edurne Asensio, de Güeñes, para quien esta jornada es «indiscutible» en el calendario. Un producto que muchos han aprovechado este lunes para llevarse a sus casas, como el consejero de Seguridad del Gobierno vasco, Bingen Zupiria, que hizo parada en Zalla para comprar también pan, vainas y cecina. «Me encanta esta zona, y siempre que puedo vengo», ha relatado a EL CORREO.

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Imagen de los ganadores en el concurso agrícola de esta edición, A. Z.

Entre los visitantes se encontraban muchos que han aprovechado esta jornada para descubrir por primera vez esta feria. «Somos de Bilbao, nos enteramos de casualidad en Instagram que se iba a celebrar y hemos venido a conocerla», apuntaba Virginiera Herrero, tras comprar miel, acelgas, pimientos vainas y queso. Junto a ella destacaban las tonalidades de todo lo expuesto traído para la ocasión desde el baserri Ibarra, de Amorebieta. «Tenemos mucha variedad y así hacemos ver a la gente que se pueden producir muchas cosas y de gran calidad, como las sandías», afirmaba Jon Bastante. Para este productor ecológico que precisamente asesora a Álex Rodríguez y a otros jóvenes que se lanzan al sector gracias al espacio test, el apoyo técnico y en la gestión del producto es muy importante para dar salida a nuevos proyectos. «Si se vende como una profesión y no como un modo de subsistencia, seguro que muchos más querrían entrar». Un terreno en el que se metió para probar Iker Villasana, en Arrieta, hace más de una década, y que le ha atrapado por completo, según afirma a sus 48 años, detrás del mostrador. «Somos el paisaje de Euskadi y si no estamos nosotros todo se va a perder».

Una feria con espacio para todos en el día grande de Zalla, con juegos y talleres para niños, que ha contado en la zona de Artebizkarra con varias actividades en torno a la 26 edición también del sector ganadero, entre ellas un desafío de esquile de oveja y la demostración de confección de una txapela de la mano de Mutur Beltz. Una cita que ha evolucionado a lo largo de los años pero que sigue siendo muy especial para todos los vecinos. «Antes realmente los precios que encontrabas eran gangas, así se vendían los productos de la huerta, ahora es más prefabricado todo, pero se mima más lo que se vende, y nos cuesta mas caro», ha afirmado Begoña Ortiz, quien ha salido a disfrutar, vestida de aldeada, junto a su hermana y su grupo de amigas. «Estar aquí es una tradición y nunca me la pierdo».

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