Las líneas de Cercanías de la comarca han sufrido 36 robos de cable en dos años
El último incidente, registrado hace diez días, coincidió con el temporal y dejó varias jornadas sin servicio el tramo entre Galindo y Desierto
Los usuarios de las dos líneas de Cercanías de la comarca (la C-1, que parte desde Bilbao hacia Santurtzi, y la C-2, que lo hace con destino Muskiz) se han topado a lo largo de los dos últimos años con innumerables retrasos y cancelaciones en el servicio. Estas incidencias, que se han prolongado en ocasiones durante varias jornadas seguidas, casi siempre eran ajenas tanto a Adif –empresa pública encargada de la construcción y mantenimiento de las líneas de ferrocarril–, como a Renfe.
La gran mayoría de las veces siempre ha sido por el mismo motivo: el robo del cableado para la posterior venta del cobre en el mercado negro. Según confirma a este periódico un portavoz de la Ertzaintza, en los dos últimos años se han registrado un total de 36 denuncias por este motivo. El estallido de la pandemia y el confinamiento ayudó a que en 2020 no se produjera ninguno. En 2021 se contabilizaron seis ataques contra la red ferroviaria. Y en 2022 la situación empeoró considerablemente y la Policía autonómica recogió 29 denuncias por parte de los responsables del servicio de Cercanías. Es decir, se quintuplicaron, llegando a ser, de media, más de dos al mes. Y en lo que va de año ya se ha registrado otro incidente, el pasado 15 de enero en Sestao.
Uno de los robos más graves se desarrolló el pasado 17 de junio. El servicio entre las localidades de Ortuella y Muskiz tuvo que ser suspendido durante toda la mañana a causa de un hurto que se había producido de madrugada, «como viene siendo habitual», y que derivó en una avería en el sistema de señalización. Por razones de seguridad, los trenes no volvieron a circular hasta pasadas unas horas, a primera hora de esa tarde. «Da igual que se lleven solo un centímetro de cable o incluso nada. Ya solo el hecho de cortar, aunque luego tiren y no se puedan llevar nada, hace mucho destrozo y crea numerosos problemas», apuntan a EL CORREO desde Adif.
Y es que según indican, además de la habitual frustración que se sufre cuando se es víctima de cualquier robo, los daños que generan los ladrones cuando se cuelan en las vías del ferrocarril «son cuantiosos». «Al margen del coste del material que hay que reponer de manera inmediata, conlleva numerosas horas de trabajo para poder repararlo, y sobre todo una repercusión muy directa sobre el usuario y también sobre el servicio ferroviario», argumentan las mismas fuentes. La única 'buena noticia' relacionada con este asunto, según Adif, es que «cada vez se logra recuperar más material sustraído» de sus instalaciones debido al mayor control policial.
En autobús
Pese a todo, estos robos han vuelto a poner a prueba hace apenas unos días la paciencia de muchos vecinos de distintas localidades tanto de la Margen Izquierda como de la Zona Minera. Debido al temporal y a los tremendos aguaceros que descargaron en Bizkaia la pasada semana, los técnicos tardaron dos días en solucionar la incidencia que se produjo en la línea C-2, en concreto en la estación de Galindo en Sestao, donde los cacos accedieron en la madrugada del domingo 15 de enero para llevarse varios metros de cable.
El trayecto hasta la estación más próxima, la de Desierto, situada en el barrio de Urban en Barakaldo, tuvo que hacerse en autobús durante cuatro días. Y es que en el citado apeadero de Sestao, próximo al límite con Trapagaran y donde ya se han producido numerosos robos de cable, se registraron además serios problemas de embalsamiento debido a las persistentes lluvias.
Un mes sin tren de Balmaseda a Mataporquera por una avería
Debido a la falta de material y a una avería en una locomotora, la que cubre el trayecto de ida y vuelta entre Balmaseda y Mataporquera (Cantabria), en la línea regional de FEVE que une Bilbao y León, hace poco más de un mes que no circula ningún convoy por ese tramo. Es un problema «puntual», según Renfe, pero que se está dilatando en el tiempo. El servicio se está cubriendo con viajes en autobús, pero el fuerte temporal de la pasada semana obligó también a suspenderlos.
«Las características concretas de los trenes que cubren esta línea –de ancho métrico– hace que no tengamos tanta disponibilidad como sí ocurre con Cercanías», explican los responsables del servicio, pidiendo «disculpas por las molestias» y asegurando que esta línea va a volver a tener el mismo servicio directo que hasta antes de este percance «lo antes posible». Algunos usuarios habituales, no obstante, temen que esta línea pueda verse suprimida definitivamente.
Por el momento, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha aprobado esta semana la modernización de las instalaciones de seguridad del tramo Guardo-Arija-Balmaseda. Será Adif la encargada de sacar a licitación unas obras con las que equipararán a este punto con «bloqueos automáticos regulados por telemando desde el Puesto de Control de Tráfico Centralizado (CTC) de Miranda de Ebro», eliminando el actual bloqueo telefónico. Esto permitirá aumentar la capacidad de la línea, la regularidad de las circulaciones y la fiabilidad de las instalaciones.