Incendio de Balmaseda en putxeras
Los montes de Balmaseda que calcinó el incendio de hace un año necesitarán una década para recuperarseLa Diputación culminará en primavera el proceso de recuperación de las 400 hectáreas arrasadas, en las que va a plantar 300.000 árboles nuevos
A la misma hora y casi en el mismo lugar en el que hace justo un año se desató el incendio que calcinó más ... de 400 hectáreas de monte entre Balmaseda y Zalla, el fuego más grave registrado en Bizkaia en más de tres décadas, la Diputación ha querido mostrar la mañana de este lunes los trabajos que viene realizando para recuperar el entorno. Será la próxima primavera cuando culmine un proceso de reforestación que arrancó apenas tres semanas después de que las llamas se dieran por controladas y que va a llevar a plantar, aproximadamente, 300.000 árboles nuevos. Pinos, robles, castaños, abedules... la previsión es que su desarrollo permita al entorno «recuperar su imagen en diez años», ha calculado la responsable de Medio Natural, Arantza Atutxa.
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Mientras Balmaseda se preparaba para su día grande, el de las Putxeras, los fuertes vientos hicieron que la rama de un árbol rozara con el tendido eléctrico en una ladera del monte Arbaliza. Así se desató el fuego. La sequedad del entorno hizo el resto. Lo que ocurrió después fueron dos días de alta tensión debido a la violencia de las llamas y sus movimientos imprevisibles. En menos de una hora, las llamas ya habían saltado a otras dos cimas colindantes. Más de un centenar de profesionales trabajaron en las labores de extinción. Según el cálculo realizado por los técnicos del servicio de bomberos de Castilla y León que se ha dado a conocer esta jornada, el fuego tenía potencia para calcinar el triple del terreno que acabó arrasando.
En el entorno del Arbaliza ya no hay prácticamente zonas ennegrecidas. Eso se debe a que el fuego pasó tan rápido que quemó árboles pero no se ensañó con el terreno. También a que los equipos del Departamento foral de Medio Natural retiraron en unos pocos días todos los ejemplares devastados, cuya madera ha conseguido venderse en la mayor parte de los casos. La velocidad a la hora de actuar era clave para evitar que los ejemplares muertos transmitiesen al resto enfermedades y el mal fuera mayor de lo que ha sido.
Lo que tampoco hay ya en el entorno es la frondosidad de antaño. «Ha cambiado totalmente el paisaje», reconoce Atutxa. El fuego se llevó árboles plantados en los años 70 que superaban en algunos casos los 25 metros de altura. Desde las alturas antes costaba divisar Balmaseda. Hoy por hoy se ve sin problemas la villa y todo el entorno montañoso. La Sierra Salvada, el Gorbea... los miles de árboles que se están plantando en alrededor de 289 hectáreas -el resto son caminos o zonas que deben quedar 'libres'- buscan recuperar la cubierta forestal. No solo por su valor ambiental, también porque su gestión económica es una importante fuente de financiación para los ayuntamientos de la zona.
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«Nunca estás a salvo»
Aunque suena a mucho, los diez años que necesitarán el Arbaliza y La Herrera para recomponerse no son muchos. «Vivimos en un entorno y con un clima propicio para el crecimiento de los bosques», se congratula el jefe del servicio de Montes foral, Carlos Uriagereka. Fue él el que dirigió el dispositivo para hacer frente al gigantesco incendio hace un año.
Uriagereka se congratulaba esta mañana de que las labores de extinción fueron «un paradigma de lo que se debe hacer», y ha recordado que, pese a la multitud de espacios naturales que existen en Bizkaia los incendios graves están reduciéndose paulatinamente durante los últimos años. Eso no quita para que a veces prenda la chispa. En la zona del Arbaliza ha habido dos pequeños conatos durante los últimos doce meses. Nada grave. Pero recuerdan que el peligro está ahí permanentemente. «Nunca se está a salvo de que ocurra algo así por muy bien que se hagan las cosas», advierte el jefe de Montes.
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