«Una familia conflictiva lleva cinco años haciéndonos la vida imposible», denuncian vecinos de Santurtzi
Hartos del ruido excesivo, las fiestas de madrugada, las amenazas y los robos, residentes en Kabiezes acusan al Ayuntamiento de convertir la zona alta del barrio en un «gueto»
Diana Martínez
Santurtzi
Viernes, 22 de noviembre 2024
«Esto es un sinvivir». Lo dicen vecinos de la zona alta de Kabiezes, en Santurtzi, hartos de los problemas de convivencia que generan familias ... conflictivas que residen en el barrio. «Arman tanto ruido que las ventanas de mi casa vibran de lo alto que ponen la música», relata a este diario Ainhoa E., una de las afectadas de la calle Lauaxeta, harta de una situación que dura ya cinco años y que va a peor. «Llevamos todo este tiempo llamando a la Policía continuamente. Los agentes se personan para pedirles que bajen la música, pero en cuanto se van, la ponen más alta o sacan una guitarra y se ponen a cantar y a dar palmas. Se ríen de nosotros».
«Es una familia conflictiva en todos los sentidos», apunta T. C., que también reside en la zona. «Montan fiestas exageradas a horas intempestivas, incluso toda la noche, trafican con drogas... El otro día vino la Guardia Civil porque adulteraban aceite. Viven como reyes y nadie les dice nada. El barrio se ha convertido en su territorio y los vecinos, tenemos miedo. La Policía -añade- se los lleva detenidos cada dos por tres. Pero en cuanto quedan libres, montan fiestas por todo lo alto, de noche y con altavoces».
La situación se ha alargado en el tiempo y afecta sobremanera a Ainhoa y su marido, ambos diagnosticados con ansiedad hace cuatro años. «Nos hemos tenido que marchar de casa varias veces para poder dormir fuera. Era eso o llamar a una ambulancia. Después de cinco años aguantando a diario este calvario, estamos al límite de nuestras fuerzas», relata Ainhoa, a quien en una ocasión le dio un ataque «tan gordo que no podía respirar».
«Nos hemos tenido que marchar de casa para poder dormir fuera varias veces. Era eso o llamamos a una ambulancia por la ansiedad»
Durante estos años, la mujer ha realizado incontables llamadas a la Policía, además de presentar siete instancias al Consistorio e interponer dos denuncias en la Policía Local, una administrativa y otra por amenazas de muerte. En octubre del año pasado, llevó a juicio a uno de los miembros de esta familia conflictiva. En la vista le condenaron a «seis meses sin poder dirigirse ni de manera directa ni indirecta a nosotros». Conforme pasaban las semanas, los acusados veían volver del trabajo a Ainhoa, se apostaban en la barandilla de su portal y se la quedaban mirando. «No decían nada, pero la sensación de inseguridad y de miedo estaba ahí». La vecina volvió a hablar con el área de Seguridad Ciudadana, que se comprometió a poner más patrullas por la zona. «Pero fue todo en vano. No pasaron, nos sentimos abandonados», lamentan.
«Todos los días hay problemas»
Este «sinvivir» se ha extendido a las calles adyacentes, como Doctor Ferrán y Mendialde, donde «todos los días hay problemas», recalca Jesús Mella. Montan «grandes fiestas con la música a tope, hay robos de móviles a punta de navaja»... El otro día «cuatro coches de la Ertzaintza se llevaron a varios detenidos», añade. «Lo que pasa aquí no es normal. El Ayuntamiento lo sabe y no hace nada, tiene esta zona como un gueto».
El Consistorio asegura que la Policía Local realiza un «mínimo de tres vigilancias preventivas diarias en la zona: mañana, tarde y noche»
Desde el Consistorio indican que es «plenamente conocedor» de esta situación. Aseguran que el equipo de gobierno (PNV) está en «contacto permanente» con los vecinos de la zona y que se han puesto en marcha «medidas adicionales» para mejorar la convivencia en el barrio. «El equipo de educadores sociales dedica más de 400 horas al año a resolver y mediar en todos los conflictos convivenciales», añaden.
Fuentes del área de Seguridad Ciudadana indican que la Policía Local realiza un «mínimo de tres vigilancias preventivas diarias en la zona, en turnos de mañana, tarde y noche». Sostienen, asimismo, que «no ha habido un aumento de denuncias de delitos en esa zona y que, en lo que va de año, la Policía Local no ha registrado demandas relacionadas con delitos contra la integridad física ni contra el patrimonio en el barrio».
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