La perversa propuesta de Jaqueline a Isaac en Sestao: «Te doy 4.000 euros por matar a mi marido»
Una mujer de 45 años y un joven de 18 ingresan en prisión acusados de intentar asesinar a cuchilladas a la pareja de ella en Sestao
El acuerdo se selló en un salón de juegos de Sestao. Ambos eran clientes asiduos del local de apuestas, ubicado no muy lejos del Ayuntamiento. ... Por allí pasa todo tipo de gente. Muchos son jóvenes que tienen vetada la entrada y se quedan en la puerta fumando porros. Otros acuden a jugar a las tragaperras o a tomarse un café. Fue en ese entorno donde se conocieron Jacqueline, de 45 años, e Isaac, de apenas 18. Y fue allí donde surgió la propuesta: «Te doy 4.000 euros si matas a mi marido», le ofreció ella según explican a EL CORREO fuentes cercanas al caso. Un supuesto plan que empezó a torcerse desde el inicio y que les llevó la noche del pasado lunes a ingresar en prisión preventiva. El juez les acusa de un intento de homicidio.
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Isaac tiene sólo 18 años y vivía con sus padres, pero ya es un viejo conocido de la Policía. Como otros jóvenes de su cuadrilla, se había metido en peleas, había cometido robos, había sido identificado en altercados de orden público y, más recientemente, supuestamente había empezado a menudear con hachís. Según explica uno de sus amigos, en los últimos tiempos se le veía «más agobiado» porque tenía bastantes deudas. Al parecer, un traficante le había fiado una cierta cantidad de hachís para que la vendiese al por menor y él no había sido capaz de pagarle. «Tenía miedo de que le rompiesen las piernas», explica la misma fuente.
Quizá fueron esas dificultades las que le llevaron a aceptar la supuesta oferta de Jacqueline. En el exterior del salón de juegos, sus amigos no hablaban ayer de otra cosa. Cada vez que llegaba alguien al local lanzaba la pregunta: «¿Os habéis enterado de lo de Isaac? Dicen que está en la cárcel por haber intentado matar a un hombre». A Jacqueline no le conocían tanto. Los pocos que sabían algo de ella apuntaban que era una «señora» casada y con hijos que vive en el barrio de Kueto.
En realidad, nadie terminaba de creerse que ese joven «fanfarrón» tuviese algún tipo de vínculo con una mujer casi 30 años mayor que él. Y, sobre todo, no se podían creer que hubiese intentado cometer un asesinato. No les entra en la cabeza que su amigo haya sido detenido acusado de ser un sicario. Pero esta es la conclusión a la que ha llegado la investigación de la Ertzaintza.
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La supuesta inductora y el agresor sellaron el acuerdo en un salón de juegos de la localidad
Lugar apartado
El intento de asesinato se produjo la noche del pasado viernes. Isaac ya se había acercado esa mañana al domicilio de la víctima con la idea de ejecutar el encargo. Pero no llegó a hacerlo. Así que la siguiente oportunidad se presentó esa misma noche. A esa hora la mujer y su marido fueron a recoger a un familiar al polideportivo municipal. El hombre iba al volante de un Hyundai Sonata. Aparcaron en el parking de la Benedicta sobre las 22.00 horas. No había mucha gente por allí. A pocos metros estaba Isaac esperando su oportunidad.
Fue entonces cuando Jacqueline recibió una llamada de teléfono y salió del coche. Dejó la puerta trasera derecha abierta. Isaac aprovechó la ocasión para supuestamente introducirse en el vehículo con un cúter en la mano. Le golpeó e intentó cortarle el cuello. Se produjo un forcejeo. El joven huyó de allí y la víctima alertó a los servicios de emergencias. El hombre fue trasladado al hospital, donde le atendieron de las lesiones que tenía antes de ser dado de alta pocas horas después.
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La mujer salió del coche y dejó la puerta abierta, lo que aprovechó Isaac para entrar con un cúter
El aviso de la agresión llegó primero a la Policía Local de Sestao, pero la alerta se derivó a la Ertzaintza porque los municipales no tenían efectivos suficientes. De hecho, en los últimos meses las quejas internas por la falta de recursos los fines de semana -muchas veces sólo hay una patrulla a las noches- son constantes.
En un primer momento se pensaba que el ataque se había debido a un simple intento de robo. En base a la descripción, los policías empezaron a buscar a un delincuente habitual de la zona que tiene atemorizado a todo su barrio. Algunos de los padres de los jóvenes que suelen acudir al polideportivo estaban muy preocupados por lo que acababa de pasar.
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Pero la historia dio un giro horas después. Gracias a la información recabada durante la investigación, los ertzainas encargados del caso llegaron a la conclusión de que había sido la mujer de la víctima la que había encargado el asesinato de su marido.
El autor del ataque señaló a un amigo como el autor material, pero el juez le dejó en libertad
La Ertzaintza detuvo a Jacqueline a primera hora de la tarde del sábado acusada de ser la supuesta inductora del intento de asesinato. Ese mismo día, pocas horas después, Isaac fue arrestado y conducido a comisaría. Fue allí donde declaró y, según los mismos medios, aseguró que él no había hecho nada y acusó directamente a Walid, un amigo suyo. Según los mismos medios, confesó que le había ofrecido 1.000 euros por cometer el asesinato que le había encargado la supuesta inductora.
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Walid es un joven de 18 años que apenas lleva seis meses viviendo en España. No tiene familia aquí y ya ha sido identificado por la Policía en alguna ocasión, pero no ha cometido delitos. Apenas habla castellano. Ni siquiera tiene un techo fijo en el que pasar las noches. Los que le conocen dicen que es de esos jóvenes que fuman porros y consumen todo lo que cae en sus manos. La mayoría de las veces duerme entre cartones.
El domingo durmió en comisaría acusado de participar en el intento de homicidio. Él insistió en que no tenía nada que ver, que su amigo le estaba intentado cargar el muerto. A última hora del lunes, los tres pasaron a disposición judicial. El juzgado de instrucción de Barakaldo decretó el ingreso en prisión preventiva de Jacqueline y de Isaac acusados de un homicidio en grado de tentativa. Walid quedó en libertad.
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El dato
10años de prisión pueden llegar a recibir, en función de una serie de circunstancias, los condenados por homicidios en grado de tentativa, pero las penas por este mismo delito también pueden quedarse en 2,6 años.
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