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Luis Gómez
Viernes, 10 de febrero 2023, 19:37
En medio de una fuerte inquietud por la escalada de agresiones con armas blancas, Barakaldo reforzará en breve su oferta de ocio con la apertura de una discoteca en el barrio de Kareaga con un aforo para cerca de medio millar de personas. El local ... funcionará principalmente como sala de conciertos y se ubicará en la parte trasera del Max Ocio, en una zona ocupada por pabellones industriales y una fuerte presencia de empresas de muebles y constructoras. La sala de fiestas, con una capacidad similar a la de Moma, de Rodríguez Arias, se llamará Raw y ya tiene fecha de apertura: el sábado 4 de marzo.
Si los empresarios de ocio nocturno pagaron durante la pandemia gran parte de la factura económica de la crisis, la apertura de clubes se ha reactivado a medida que fueron levantándose las restricciones sanitarias. El sector se ha lanzado a la búsqueda de todo tipo de públicos para resarcirse de las fuertes pérdidas acumuladas en este tiempo. Si los responsables de la Sala Santana 27 optaron con el New Holiday de Deusto por acercar a su pista de baile a públicos de todas las edades con una variada oferta, en esta ocasión lanzan un guiño a los más jóvenes. Raw se promociona en las redes con una propuesta de marcado carácter electrónico. Una alternativa con ecos parecidos a la de Sonora, de Erandio, aunque el hip hop y el rap jugarán un importante papel, igual que la música rock , indie y heavy. «Habrá un poco de todo», avanza el promotor César Vaciero.
Pero, en este caso. van un paso más lejos al reivindicarse como una «sala polivalente», donde cabrá la organización de todo tipo de eventos, no solamente musicales, según Vaciero. No obstante, uno de los objetivos prioritarios será la promoción de bandas emergentes, especialmente del ámbito local. «Queremos apoyar a la gente de la zona», concreta. La programación también reservará hueco a artistas internacionales de renombres e importantes DJ's a lo largo de los fines de semana, ya que trabajará de jueves a sábado.
Uno de los aspectos más cuidados por los tres socios embarcados en este proyecto, junto a la «calidad del sonido», del que se ha encargado la firma bilbaína Phase, ha sido la elección de la zona. Si han optado por alejarse del centro de la localidad fabril es por su interés en evitar «los problemas vecinales» que afectan a tantas discotecas vizcaínas.
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