Las obras de remodelación incluyeron repavimentar la explanada y ampliar las zonas verdes de esta zona. J. G.

Vecinos de Erandio denuncian el deterioro de una plaza reformada hace dos meses

Baldosas levantadas, humedades sin resolver y el rótulo del nombre casi eliminado empañan la obra urbanística en el barrio de Astrabudua

Johana Gil

Erandio

Lunes, 13 de octubre 2025, 17:36

Apenas han pasado un poco más de dos meses desde que las obras de renovación de la plaza Josu Murueta, en Erandio, finalizaran y ya ... se empiezan a registrar averías y desperfectos. La transformación que tenía el objetivo de mejorar la accesibilidad, la sostenibilidad y la imagen del espacio público se ha convertido en el foco de las quejas vecinales.

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«Miles de euros para pintar sobre pintura sin lijar, dejar vigas con agujeros y baldosas rotas. Nos sentimos estafados», lamenta una vecina del barrio de Astrabudua. Baldosas levantadas, jardineras cubiertas de maleza, bancos recién instalados en mal estado, humedades persistentes, barandillas oxidadas y arquetas atascadas o desniveladas, son algunos de los problemas que han sido registrados por los residentes.

El rechazo se agudiza debido a las deficiencias del centro cultural, ubicado justo debajo de la plaza. Las goteras que ya existían antes de la intervención no han sido resueltas. La última actividad programada el pasado fin de semana por una asociación tuvo que celebrarse en la calle, por las filtraciones en las salas.

El temor es que los daños en la cubierta terminen por afectar gravemente al edificio. «Con lluvias intensas, el techo del salón de actos podría colapsar», advierten desde la oposición liderada por EH Bildu. La inversión, que ha superado los 500.000 euros, «no ha servido para atacar el origen del problema, sino que se ha limitado a actuaciones superficiales», lamentan desde la Asociación de Vecinos de Astrabudua.

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Además de los problemas de mantenimiento, la asociación Erandioko Oroimena denuncia que el rótulo con el nombre de Josu Murueta —vecino asesinado por la Policía franquista en 1969 durante una protesta en defensa de la salud pública— ha quedado prácticamente borrado de la parte inferior del anfiteatro tras las obras. «Se ha invisibilizado a quien da nombre a la plaza, una figura clave de nuestro municipio», señalaron portavoces del colectivo el pasado viernes durante la presentación del homenaje anual, que este año será el 26 de octubre a las 13.00 h. Exigen al Ayuntamiento «la restauración inmediata del nombre en un lugar visible y digno», así como la inclusión de elementos que refuercen la memoria histórica local.

Aunque el Consistorio defendió la actuación como una apuesta por la peatonalización, la mejora ambiental y la participación ciudadana —en especial la infantil, a través del programa 'Umeen Ahotsa'—, el descontento es palpable en el barrio. Las críticas no son nuevas. Antes de que acaben los trabajos, los ciudadanos solicitaban incluir un tratamiento antideslizante integral, mantenimiento de las barandillas, arreglo de las goteras, entre otros. Entonces afirmaban que la reforma estaba centrada en aspectos estéticos, sin abordar aspectos estructurales o de accesibilidad que afectan de forma directa a la población. «Se ha perdido una oportunidad de oro para resolver problemas reales», indican.

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