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56 ruedas pinchadas en 18 coches es el resultado del sabotaje que sufrió el jueves de madrugada la base de Uber en Bizkaia. El boicot se realizó por desconocidos pocas horas antes de que ELAnotificase a la empresa que la huelga que mantiene desde mediados de diciembre, se amplia hasta el 28 de febrero. Sus más de medio centenar de afiliados iniciaron el pasado 11 de diciembre un paro que amenazan puede ser «indefinido».
La compañía con más de 200 choferes en el territorio, tiene su base en un solar de Getxo en el que anteriormente estaba la sede de la DYA. La sorpresa fue mayúscula cuando el resto de conductores, que no secundan la movilización, se toparon con las ruedas desinchadas. No había más daños en los coches, que ayer por la mañana permanecían sin reparar. Varias pintadas en la entrada al parking recordaban la existencia de una huelga. «Aquí se guardan todos los coches, alguien ha hecho la puñeta, yo la verdad que estaba librando y me he enterado porque me han avisado por teléfono», explicó uno de los trabajadores a ELCORREO.
La central nacionalista quiso desmarcarse de lo sucedido. «Sabemos que un hecho de este tipo nos mataría, bastante tenemos con la situación que sufrimos como para hacerlo. Sólo con estar en huelga contamos con el altavoz necesario para que se conozca nuestra situación. No hay ninguna necesidad de llevar a cabo altercados, nos restaría», manifestó Sergio Vadillo en representación de ELA.
Con la huelga que están llevando a cabo consideran que se está haciendo «bastante daño». «Se nota que no damos el servicio», argumentaron. Una percepción que no comparten todos los conductores. «Dicen que son el 60%, pero no llegan al 30%», les contradijo alguno de los que ayer sí que fue a por su vehículo para cumplir el servicio en la base de Getxo.
Desde ELA reafirmaron que estamos en «posibilidad de alargar la huelga todo lo que queramos porque contamos con una caja de resistencia que es superior a la cantidad que cobran los conductores hoy en día». A medida que pasan los días sus exigencias van creciendo. Si cuando iniciaron el parón buscaban llegar a un salario de 1.600 euros frente a los 1.323 euros que perciben en la actualidad, ahora reclaman el convenio sectorial de transportes de pasajeros en Bizkaia.
«Hay dos sentencias de trabajadores que han denunciado por su cuenta a Uber y que las han ganado, estamos a la espera de saber si el Tribunal Supremo acepta los recursos de la empresa, los jueces nos han dado la razón en el Juzgado de lo Social y en el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco», recordó Vadillo. Si la compañía da por validos los fallos las retribuciones ascenderían hasta los 2.200 euros al mes.
«No vamos a parar hasta que se sepan nuestras condiciones, primero teníamos que ser autónomos y ahora aunque trabajemos noches y todos los días llegamos justos al salario mínimo profesional.No tenemos prisa en volver a trabajar», advirtieron.
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