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Veinte años después de que tuviera lugar uno de los mayores robos de joyas de la historia de Getxo, con un botín valorado entonces en ... 300.000 euros, el caso ha dado un vuelco inesperado. La Ertzaintza y la Policía Local de Getxo cuentan con una nueva línea de investigación que les permitirá reabrir la denuncia que una mujer residente en Algorta presentó en diciembre de 2005. Entonces, la Ertzaintza no logró resolver el caso y sin pruebas que sustentasen una detención y recuperar las piezas, finalmente lo tuvo que archivar.
Los hechos se recuerdan en la localidad de la Margen Derecha. Aprovechando que la vecina había estado unos días fuera de su residencia, los asaltantes realizaron un golpe perfecto en el que sustrajeron un suculento trofeo formado por más de medio centenar de piezas, entre ellos, varios relojes de oro y de alto valor, una cruz con diamantes, zafiros y esmeraldas, collares de oro y perlas. Sin nadie que se percatase, lograron acceder al piso y llevarse la caja fuerte.
Cuando la mujer volvió de vacaciones se encontró la vivienda en perfecto estado, la puerta principal estaba cerrada con llave y la de servicio también permanecía trancada, pero sin tener la llave echada. Nada hacía pensar lo que minutos después se iba a encontrar. Al dirigirse a su habitación la escena fue impactante: la pared estaba completamente reventada por la sustracción de la caja fuerte y todas sus pertenencias revueltas. Los ladrones no contentos con lo que habían encontrado en el interior, por si acaso se les escapaba alguna pertenencia más de valor, revolvieron todos los cajones del cuarto y dejaron varios bolsos tirados por el suelo.
En su momento, tras las primeras investigaciones al parecer sin éxito, la Unidad de Investigación de la Erzaintza-etxea en Getxo decretó el archivo del suceso al carecer de pruebas. La mujer hizo constar en su denuncia que tenía una empleada del hogar en casa desde hacía un mes, aunque llevaba trabajando con la familia cuatro años antes en otra vivienda. También comentó que en el edificio en el que se encontraba la vivienda se estaban realizando obras para cambiar las ventanas.
La denunciante mencionó ante la policía que una vecina suya vio el día en el que se produjo el robo a dos personas en un coche blanco y aportó una descripción. Nada de lo dicho sirvió, sin embargo, a los agentes de la comisaría de Getxo para resolver el robo.
Veinte años después, la Unidad de Investigación de la Policía Local de Getxo ha localizado una de las piezas. Los agentes estaban realizando un control rutinario y se percataron de que uno de los varones a los que pararon, portaba en la mano un reloj de gran valor. Al preguntar por su origen, no pudo justificarlo. Los agentes descubrieron que tenía una inscripción. Arrancó entonces una ardua investigación por parte de la guardia urbana para encontrar al propietario. La investigación ha sido trasladada a la Ertzaintza, según ha podido saber este periódico.
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