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Paseantes en Plentzia hoy tras conocer la nueva medida del Ayuntamiento de la villa que afecta a segundas residencias sin personas empadronadas. Manu Cecilio

«Ya gastamos en comercios y bares, nos parece mal que Plentzia nos suba un 50% el IBI»

Los veraneantes de Plentzia se muestran sorprendidos con la medida impuesta por el Consistorio mientras que en la villa hay debate

Ane Ontoso

Plentzia

Jueves, 5 de octubre 2023, 01:05

En Plentzia hay muchos pisos con las persianas bajadas. Sin veraneantes que ya han cerrado sus viviendas. La decisión del Ayuntamiento de imponer un recargo ... del 50% en el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) a las segundas residencias sin personas empadronadas les ha cogido en su domicilio habitual y no pocos se muestran sorprendidos. Mientras, muchos de los vecinos de la villa aplauden la medida, aunque hay división de opiniones. En redes también se ha hablado del tema y hay quien sostiene que están «mordiendo la mano que da de comer».

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Ana Gómez pasa sus veranos en Plentzia desde que nació hace 60 años. Recuerda también cómo a su hermana Yolanda la llevaron «con dos días de vida». Y su padre, José Luis, que tiene 90 años, acude «desde los 14». Esta mañana tomaban el aperitivo en una terraza de la villa cercana a la ría. «Nos hemos quedado un poco alucinados con la noticia –reconocía Ana con semblante muy serio–. Pasamos ocho meses al año y hacemos vida aquí, solo nos falta estar empadronados». A su juicio, «ya hacemos gasto en bares y comercios, que carguen contra los veraneantes y quieran sacar todo a nuestra costa nos parece mal. Pero solo tenemos opción de opinar».

Vecina de Plentzia, a favor

«Soy joven con familia y me he tenido que ir a vivir a otro municipio. Era una medida necesaria»

A otro veraneante que declina dar su nombre, también le ha pillado de «sorpresa». En su caso, «casi nazco en Plentzia un 20 de julio y mis padres llevaban años yendo. Ahora vengo con mis hijas». Asegura que ya pagan «bastante de IBI por tres meses de verano –unos 350 euros que el año que viene serán 525–», pero espera que la medida «repercuta en acciones. Mi calle está abandonada, hecha una porquería y necesita asfaltado», se queja. Cristina Dos Santos es pescatera y también le gustaría que con el dinero recaudado se pusiese «el pueblo en condiciones». Ha notado un «descontento general» en este sentido. Considera, no obstante, que un recargo del 50% «es mucho. En vez de atraer, van a conseguir lo contrario, ypara los comerciantes que vivimos del verano...».

«Una barbaridad»

María Jesús González y José Ramón Hidalgo veranean desde hace dos décadas en Gorliz aunque tienen el parking en Plentzia. La medida les ha parecido «una barbaridad. Ya se pagan tasas de alcantarillado, agua y basuras los meses que no se pasan aquí, aparte del consumo».

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Entre los plentziarras, había debate. Incluso dentro de las familias. A Esti Torres, de 30 años, le parece una decisión «estupenda. Soy joven y con familia y me he tenido que desplazar a otro municipio por escasez. Es una buena medida en contra de que se convierta en pueblo dormitorio». A su madre María José Casimiro, de 57 años, en cambio, no le parece bien. «Los veraneantes consumen y tengo un negocio hostelero. Vivimos de ello. Si dejan de venir a Plentzia a ver qué hacemos. Los que tienen casa tienen derecho a venir, me parece excesivo. Muchos lo hacen por tradición familiar». Al plentziarra Xabier Badillo le parece «injusto, porque también se dejan dinero cuando vienen». Como a Susana Herrero, de 43 años, que observa que es una «medida generalista y no sabes si les estás ahogando». Para lo que la peluquera Elisabeth Carmona, propone «un estudio socioeconómico».

Vecina de Plentzia, en contra

«Entiendo que se grave, pero es una iniciativa generalista y no sabes si les estás ahogando»

Para la vecina June De La Maza, sin embargo, «era una medida necesaria. Aquí hay un problema y para mí, que tengo 30 años, tener dos viviendas me parece un privilegio. Hay zulos de 50 metros cuadrados a 200.000 euros. Espero que con ella alguien se plantee sacar pisos al mercado. La gente que viviría todo el año también dejaría dinero». Promotores e inmobiliarias han visto esta medida como «otro hándicap para la compra». En el caso de Antonio Losada, de Gestión Inmobiliaria Palas, no comparte «todo lo que sea encarecer la vivienda». Y da un dato: «de 19 viviendas que se van a construir, 14 están comprometidas y 10 de ellas es de gente de otros municipios».

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