El futuro plan urbanístico de Getxo recibe el aval ambiental del Gobierno vasco
El nuevo PGOU supera otro filtro y está a la espera de la emisión de cuatro informes para su aprobación definitiva
El nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Getxo ha superado uno de los trámites más relevantes en su tramitación. Ha conseguido el aval ... de la Declaración Ambiental Estratégica por parte del Gobierno vasco, lo que supone luz verde al contenido del documento desde un enfoque medioambiental, económico, físico y social. Así se valida el modelo urbano propuesto para las próximas décadas, remarcan portavoces del Ayuntamiento (en manos del PNV y PSE).
La declaración, emitida por la dirección vasca de administración ambiental se resta así de las que están aún pendientes. Faltan por emitir cuatro informes preceptivos de Costas, Seguridad Aérea, Carreteras y Ferrocarriles. «Entendemos que se han satisfecho todas sus demandas» y se está a la espera de su emisión final, tras lo cual el PGOU quedaría en disposición de ser aprobado definitivamente, explican desde el Consistorio.
El nuevo plan ha sido presentado por el equipo de gobierno como una herramienta para «afrontar los retos del presente y del futuro». Se contempla la construcción de 4.000 viviendas como respuesta a la realidad demográfica del municipio y la lucha contra el éxodo a otros municipios. Uno de los ejes más destacados es la desclasificación de más del 70% del suelo urbanizable previsto en el anterior plan, en favor de un desarrollo más compacto y sostenible.
Aun así, durante su tramitación el plan ha sido objeto de alegaciones y críticas por parte de asociaciones vecinales, grupos ecologistas y partidos de la oposición, que cuestionan el alcance real de la protección ambiental propuesta y el riesgo de pérdida de espacios verdes o saturación de infraestructuras.
Uno de los puntos que más controversia ha generado es el posible impacto sobre zonas sensibles como el humedal de Bolue tras la ampliación del polideportivo de Fadura en 40.000 metros cuadrados. Incluso el Gobierno vasco había insistido en que la obra podría tener «afecciones» sobre los acuíferos de la zona, que está reconocida en el Plan Territorial Sectorial de Zonas Húmedas del País Vasco por su alto valor ecológico y tiene, por tanto, un régimen protector.
En este sentido, fuentes municipales aclaran que la declaración ambiental reconoce «la distinción entre la ordenación urbanística y la ejecución concreta de los proyectos, lo que permite mantener la calificación de la parcela con los usos previstos. Eso sí, se establece la obligatoriedad de presentar estudios del régimen hídrico antes de urbanizar el área».
El Ejecutivo local confirma que, a diferencia de fases anteriores del proceso, la entidad autonómica no ha remitido ninguna corrección ni requerimiento adicional con el reciente aval. La alcaldesa Amaia Aguirre señala que de esta manera se «ordena el territorio de forma coherente, preserva el patrimonio natural y cultural, y da respuesta a las necesidades habitacionales y económicas desde una lógica de proximidad, equilibrio y pertenencia».
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