Un camarero detenido por presunto tráfico de droga en un bar de Las Arenas

La operación fue realizada por la Unidad de Investigación de la Guardia Urbana. Los agentes llevaban varios días detectando movimientos sospechosos en el entorno del local de hostelería y un gran trasiego de personas que entraban y al poco tiempo salían del local sin realizar ningún consumo. Esto motivó la puesta en marcha de un «dispositivo de vigilancia continuada», han explicado portavoces policiales.

Tras incautar hachís y cocaína a varios compradores, una vez salían del local y tras reconocer que lo habían adquirido en el interior, los agentes accedieron y llevaron a cabo un registro en el que encontraron indicios claros de actividad ilícita relacionada con el tráfico de drogas. Además de confiscar «diversas dosis», los uniformados encontraron «dinero en efectivo, una báscula de precisión y otros elementos que están en análisis».

Según han indicado portavoces municipales, la «actuación que ha sido rigurosa, discreta y eficaz por parte de la Policía Local ha permitido desarticular este posible punto de distribución de droga en el municipio». La Policía Local participó la semana pasada en una segunda operación conjunta, en colaboración con la guardia urbana de Leioa y la Ertzaintza en la que se detuvo a seis personas e investigado a otra, de entre 31 y 66 años de edad, en Romo. Estas personas fueron acusadas de delitos de pertenencia a grupo criminal y tráfico de drogas; y tras realizar las diligencias pertinentes en comisaría fueron puestos a disposición judicial. La unidad especializada de estupefacientes la Ertzaintzaetxea getxotarra tuvo conocimiento en febrero de que en un establecimiento hostelero del barrio de Romo se estaban realizando ventas de diversas sustancias.

Las investigaciones realizadas por los agentes revelaron que las personas que regentaban y trabajaban en el local, varias de ellas tenían antecedentes por hechos similares, frecuentaban una vivienda situada en la misma zona de Getxo, según informó el departamento de Seguridad. Las vigilancias permitieron a los agentes descubrir un importante tránsito de personas en la vivienda, que duraba pocos minutos y en las que se consumía y se vendía. A la vez, el piso servía de centro de almacenaje y suministro de droga que luego se comercializaba en el bar.