A contrarreloj contra la enfermedad
La Sociedad Ciclista Punta Galea entregará el viernes a Eidur, el pequeño afectado por un retraso global de desarrollo, la recaudación para sufragar su tratamiento
ERLANTZ GUDE
Martes, 28 de marzo 2017, 23:46
Eidur Arrieta, el niño getxotarra de ocho años al que se diagnosticó Retraso Global del Desarrollo, fue el gran protagonista del festival solidario que anualmente organiza la Sociedad Ciclista Punta Galea en el velódromo de Fadura, y que sirvió para dar visibilidad al caso. Cuando a su padre, Jagoba, le plantearon que su hijo fuese por vez primera la figura central de un evento se sintió sorprendido y mostró ciertas reservas. «Piensas que hay niños que están peor», aduce. El festival consistió en una contrarreloj por equipos de hasta seis integrantes. La carrera de Jagoba Arrieta y Rebeca Martín, los padres de Eidur nombre islandés que copiaron del exjugador del Barcelona Gudjohnsen comenzó poco después de adoptar al niño con solo quince meses en un orfanato kazajo. «Desde pequeña, sin saber si podría o no quedarme embarazada, quería adoptar. No sé de dónde me viene la idea, pero siempre lo supieron mis parejas», explica la mujer, de 44 años.
Asistieron a una charla informativa y se decantaron por un niño chino. Sin embargo, el endurecimiento de las condiciones pedían cinco años de matrimonio, afirma Jagoba les obligó a cambiar el foco. Y a través de una entidad catalana se centraron en Kazajistán. Tras obtener el visto bueno del ministerio competente, volaron al país a finales de 2009. Ella pidió una excedencia en la residencia en la que trabaja, y él puso su bar en manos de su socia.
Al arribar al orfanato, conocieron a su hijo: un bebé abandonado en la calle. Se llamaba Alexander. «Era más delgado de lo normal, a lo que no dimos importancia», recuerda Jagoba, cuyo único requisito era que el menor estuviese sano. De la visita le marcó la cruda imagen de los numerosos pequeños que se les acercaban buscando atención.
Pasaron un mes visitando la instalación dos veces al día, y regresaron a por Eidur en febrero de 2010. Pronto descubrieron que algo fallaba. Y a medida que los síntomas se recrudecieron, fueron convenciéndose de que, frente a lo inicialmente pensado, su hijo no padecía un mero problema nutricional o un simple desarrollo tardío. Visitaron a un neuropediatra que les dibujó el peor panorama. «Nos lo defenestró», evoca Jagoba sin disimular el amargor por las contundentes palabras del doctor.El mundo se les vino encima.
Grandes pasos
«Nos fuimos a una cafetería y lloramos lo que no está escrito», desvela el padre. En aquellas horas adversas se sometieron a la prueba de fuego. Y lejos de venirse abajo, tantearon desde el día siguiente a sus contactos en busca de ayuda. Al margen del apoyo de la Administración, la pareja ha hecho un fuerte desembolso económico que ha permitido a Eidur experimentar progresos en centros de logopedia, estimulación y fisioterapia.
El niño ha dado grandes pasos, y camina y se desenvuelve con cierta normalidad. Actualmente sigue un exigente tratamiento prescrito por un neuropediatra catalán en el bilbaíno centro Alind. Predice que con veinte años será un joven completamente normal. Jagoba no oculta cierto escepticismo, pero se ha encomendado al experto.
Se vistió de corto para tomar parte en la contrarreloj por equipos con ilustres como los exprofesionales Iñigo Landaluze e Iñaki Gastón. El dinero recaudado en el evento, más las donaciones en una cuenta bancaria y en huchas distribuidas por negocios en total, 2.250 euros, se entregarán a la familia el viernes en la presentación de la Sociedad Ciclista Punta Galea. El pequeño disfrutó aquel día en Fadura con otros niños. Él hace lo que le corresponde, jugar. La lucha es de sus padres, inmersos en una contrarreloj con los veinte años de Eidur como complicada pero apasionante meta.