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El Gobierno vasco ha aprobado una nueva modificación del proyecto de la Línea 5 del metro, con un incremento del presupuesto total de 9,3 ... millones de euros, lo que elevará la factura global de la futura expansión del suburbano hacia Galdakao a 374 millones. Buena parte de este último sobrecoste (el tercero) tiene que ver con el rediseño del cañón de acceso de Usansolo, que absorberá 3,46 millones. Transportes va a prolongar la boca de la futura estación del hospital en 87 metros, en un intento de acercarse al centro de la localidad que acaba de nacer como municipio independiente.
Se puede decir que con este movimiento, el Ejecutivo autonómico descarta finalmente, por la elevada inversión requerida, llevar una parada al corazón de Usansolo, donde residen 4.500 personas. Contar con un fosterito propio es una reivindicación de los vecinos, que se están manifestando de manera permanente contra las obras. Unas protestas que, en la práctica, están complicando y retrasando su ejecución, tal y como han reconocido las contratas.
La apuesta que ahora presenta el Gobierno vasco está fundamentada en un estudio de la ingeniería Sener y será una estructura de tapices rodantes que tendrá 87 metros más de longitud que la anterior solución (pasando de 118 a 205 metros). Saldrá a la superficie cerca del extremo del puente sobre el río Ibaizabal, a 200 metros de distancia de las primeras casas y a medio kilómetro, por ejemplo, de la plaza del Martillo. Además, los promotores apostarán por un autobús-lanzadera para recorrer la mayoría de los barrios.
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Hay que recordar que el proyecto de la Línea 5 llevará el suburbano al centro de Galdakao y al hospital, pero supondrá la desaparición de la parada para viajeros de Euskotren en la zona sur de Usansolo, ya que el trazado para pasajeros se trasladará más al norte, uniendo directamente el centro médico con la localidad de Bedia. Por la vieja terminal ya solo pasarían mercancías. Una hoja de ruta que ha enfadado a los vecinos del pueblo recién segregado, que se sienten «ninguneados» por un proyecto que, denuncian, empeorará su movilidad y calidad de vida.
El cambio aprobado por el Gobierno vasco prevé estirar el cañón de acceso a la estación del hospital. Además de ampliarse su longitud en 87 metros, se eliminan varios tramos de escaleras. De esta forma, la entrada daría paso a una rampa de 205 metros, que tendría una pendiente del 6%.
¿Por qué se ha tomado esta decisión? En el documento que argumenta la modificación del proyecto aprobada se asegura que, con la anterior fórmula dibujada por los ingenieros, existía un problema por las «afecciones al tráfico peatonal y rodado al camino de Laminarrieta, que es la principal vía de acceso desde la zona del hospital hasta Usansolo». También se cita otro inconveniente: la obligatoriedad de «excavar muy cerca del interceptor del Nervión-Ibaizabal», una infraestructura hidráulica muy delicada.
Con la nueva solución, aseguran sus promotores, se resuelven estos contratiempos y, además, estiman que se «acerca considerablemente el acceso a la estación a los habitantes de Usansolo, mejorando sensiblemente las condiciones de accesibilidad de la población». Añaden que, al eliminar escaleras y desnivel, «se evita la utilización de medios de elevación tipo ascensores, con la mejora indudable en la fase de explotación en cuanto a gastos de mantenimiento y permitiendo una accesibilidad completa». Por último, la modificación posibilitará usar el cañón «como frente de ataque» en la excavación hacia la caverna de la estación del hospital, así como para el túnel de línea. Algo que, con el anterior diseño, no era posible.
Obviamente, todo esto tendrá un sobrecoste. En junio de 2023, el tramo entre Galdakao y el hospital (el tercero de la Línea 5) fue adjudicado por 58,73 millones a una unión de empresas formada por Iza Obras y Promociones, Comsa y Nortúnel. Ahora, estas compañías recibirán 68,03 millones para ejecutar el tajo ya modificado. En la documentación consultada se asegura que los cambios a llevar a cabo no supondrán un incremento del plazo de ejecución, que fue fijado en su día en 48 meses. Hay que recordar que el proyecto de la futura Línea 5 acumula un retraso evidente por diversos problemas.
Entre los tres segmentos a construir, el tercero es precisamente el que avanza más despacio. En parte por las protestas de los vecinos que exigen una parada en el centro, que están entorpeciendo el paso de vehículos pesados a la obra. Pero también por un problema (ya resuelto) con los permisos de perforación y con aspectos que no estaban bien recogidos en los memorandos elaborados por los ingenieros. Pese a que los trabajos se adjudicaron en el verano de 2023, no ha sido hasta esta pasada Navidad cuando han comenzado las tuneladoras a abrirse camino. Por delante queda un largo trecho. Horadar el subsuelo es siempre lo más difícil y está sujeto a imprevistos. La futura Línea 5 constará de 6,5 kilómetros y cinco estaciones.
La nueva solución adoptada por el Departamento de Transportes del Gobierno vasco es recurrible por vía administrativa en el plazo de un mes. Aquellas personas o asociaciones que se consideren perjudicadas pueden presentar alegaciones. El plazo comenzó a correr ayer. Las instituciones públicas, por su parte, tendrán 60 días para acudir a los tribunales, a través de un contencioso-administrativo. Una medida que podría adoptar la gestora que gobierna el municipio en este periodo de transición desde que Usansolo se segregara. La propuesta no era del agrado de los partidos representados en este organismo, incluido el PNV. El presidente-alcalde, Agustín Aizpuru, consideró hace unos meses que el proyecto «no responde a las necesidades» de los vecinos del entorno. Transportes mostró ayer su disposición a seguir dialogando tanto con la gestora como con las asociaciones de residentes.
En su contexto
9,3 millones se encarece el tramo Galdakao-Hospital, que pasará a costar 68 millones frente a los 58,7 en que se presupuestó inicialmente por el cambio del cañón y varias mejoras más.
374 millones. Es el coste de los tres tramos que darán forma a la futura Línea 5, que tendrá 6,5 kilómetros y unirá Sarratu con el hospital de Usansolo. Posteriormente se conectará con Bedia.
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