Una lagartija procedente de Ibiza coloniza San Juan de Gaztelugatxe
Este reptil ha desplazado del islote a la especie autóctona, la roquera, de la que no se ha visto ningún ejemplar desde 2009
Antes de que los dragones, primero, y los turistas, después, conquistaran San Juan de Gaztelugatxe, otro personaje ya se había hecho dueño y señor del ... islote que se ha convertido en el segundo icono de Bizkaia, por detrás del Museo Guggenheim. Parece que la lagartija de las Pitiusas, la Podarcis pytiusensis, llegó al peñón por la «gracia» de algún visitante, que decidió soltarla de manera deliberada para ver qué pasaba. Y vaya si ha pasado, porque la especie procedente de las Baleares, de un llamativo color verde azulado, ha acabado con la autóctona, la roquera (Podarcis muralis).
La Sociedad de Ciencias Aranzadi ha estudiado un fenómeno que arrancó a comienzos de los 90, pero sobre el que no se actuó hasta 15 años después, cuando ya era demasiado tarde. «La detección temprana -explica Jon Garín, biólogo de la entidad- es fundamental» para erradicar una invasión de estas características, que a día hoy resulta ya «inabarcable». «No lo supimos a tiempo», lamenta. Ahora, la lagartija de las Pitiusas, omnívora y más grande y agresiva que las nativas, ha encontrado en Gaztelugatxe un verdadero hogar que defiende a muerte, porque el peñón funciona a todos los efectos «como una isla». Y se ha expandido con fuerza, hasta formar una colonia de unos 2.000 ejemplares adultos. Por contra, de la roquera no quedan evidencias. Según ha confirmado la Diputación, el último ejemplar que se visualizó fue una hembra. Y de eso ha pasado ya una década.
Campañas de control
Se da, además, un situación paradójica. El reptil ibicenco, que es objeto de continuas campañas de control y seguimiento por parte de los expertos de Aranzadi, se encuentra ahora en Bizkaia mejor que en su propia tierra, donde está catalogada como especie protegida. ¿La razón? Según Jon Garín, la moda de los olivos centenarios ha supuesto una seria amenaza para ella, porque escondida en sus cepellones ha llegado a las islas otra especie invasora: las culebras. «Nunca hubo serpientes allí y las especies de lagartijas no las tenían como enemigos. Ahora la cosa ha cambiado».
La preocupación en Bizkaia es otra. Los expertos han constatado que este animal no sale del istmo de Gaztelugatxe. Y así debe seguir. para controlar el impacto en el paisaje. Los acantilados del biotopo protegido constituyen su nuevo hábitat y, de momento, no realizan incursiones al canal de acceso al pasillo que conduce a la ermita de San Juan. Así, nadie tendrá tentaciones de llevarse un ejemplar para que continúe su expansión en otro punto del territorio.
El dato
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2.000 ejemplares de lagartija de las Pitiusas, más agresiva que la especie nativa, campan a sus anchas por el biotopo protegido.
Nueva 'invasión' en un parque del centro de Bilbao
Los problemas con los pequeños reptiles procedentes de otras latitudes no acaban en Gaztelugatxe. La Sociedad de Ciencias Aranzadi ha confirmado otra 'invasión' en un parque urbano del mismo centro de Bilbao. La protagonista no es, en este caso, la lagartija de las Pitiusas. Esta vez se trata de la italiana (Podarcis siculus), menos agresiva que la otra y más fácil de controlar, «porque se ha llegado a tiempo». Los biólogos de la entidad se percataron de la presencia de este animal hace tres años, cuando hacían un trabajo de fin de grado con estudiantes, y desde entonces no han dejado de actuar. «Había decenas, pero las hemos ido cogiendo», apunta Garín. Una a una, con caña. Ya sólo quedan «las más escurridizas». En un año, con suerte, serán historia.
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