Juntas Generales de Bizkaia

Las Juntas arrancan el mandato con el primer choque PNV-Bildu

La nueva legislatura augura también otro tipo de debates partidistas. El tiempo lo dirá, pero lo cierto es que PNV y EH Bildu no han esperado ni un segundo para marcar distancias y escenificar su primer choque. Con los resultados electorales del 28-M, que han acercado a ambas formaciones como nunca en Bizkaia, aún frescos, y unas generales a la vuelta de la esquina, jeltzales y soberanistas han agitado la sesión de estreno a cuenta de la configuración de la Mesa de las Juntas. Un reparto de puestos del que sale beneficiado Elkarrekin Podemos y damnificado el PP, pero que debe enmarcarse en la disputa abierta entre los bloques que lideran las dos formaciones mayoritarias.

Las negociaciones en torno a la composición de la Mesa han permanecido abiertas durante las dos últimas semanas, pero han estallado esta misma mañana en una votación apretadísima y llena de incertidumbre. Tanto que el pleno ha sido suspendido durante diez minutos para que los grupos echaran cuentas y comprobaran si sus candidatos podían salir elegidos. ¿Por qué es tan importante formar parte del órgano de gobierno? A parte de participar en las deliberaciones existe un componente económico importante. Un miembro de la Mesa cobra (mucho) más que un juntero raso y tiene derecho a contratar a un asesor.

El PNV fue la fuerza más votada en las elecciones forales el 28-M, aunque pierde dos apoderados respecto al mandato anterior y se ha quedado en 23. EH Bildu tendrá 15 tras subir 5, el PSE-EE se mantiene en 8, el PP pasa de 2 a 3, lo que le permite contar con grupo propio y superar en el escalafón a Elkarrekin Podemos, que ha perdido 4 de los 6 representantes que tenía y cae al Grupo Mixto. Con esta composición lo único que estaba claro es que la jeltzale Ana Otadui iba a ser reelegida como presidenta de las Juntas por tercer mandato consecutivo. En su discurso ha apelado al acuerdo entre diferentes como «el mayor ejemplo de lo que debe ser la política».

Aunque no ha habido candidaturas alternativas, Otadui ha sido investida con los votos a favor de PNV y PSE, que ponían por primera vez en valor el acuerdo de coalición firmado días atrás, y también del PP. Lo último no era un gesto baladí porque abría la puerta a que los jeltzales apoyaran a cambio la entrada de un canditato popular en la Mesa. Así ha sido, aunque el jaleo ha sido considerable, algunas calculadoras han echado humo y el cruce de reproches ha acabado siendo notable junto Árbol de Gernika.

Por partes. Tras la votacion para elegir a la presidenta de las Juntas ha llegado la de las dos vicepresidencias. La socialista Begoña Gil se ha hecho con una de ellas tras lograr 18 votos (10 del PSE y 8 del PNV) y la segunda la va a ocupar Idoia Buruaga, de EH Bildu, al sumar 17 apoyos, los 15 de su formación y los 2 de Elkarrekin Podemos. El pacto de ambas formaciones ha impedido que el cargo quedara en manos de otra jeltzale, Jane Eyre Urkieta. Ha contado con 16 votos, 13 del PNV y 3 del PP.

En último lugar se han elegido las dos secretarías. Y otra vez igualdad. Urkieta se ha hecho con una de ellas al obtener 18 votos (10 del grupo nacionalista y 8 del PSE) y la última se la han disputado Ricardo Vaquero (Elkarrekin Podemos) y Diego Padagigorria (PP). El primero ha obtenido los 17 apoyos de su grupo y de EH Bildu, y el segundo 16. Los 13 votos que le ha cedido el PNV no han sido suficientes. Si se hubiese registrado un triple empate a 17 los cargos hubieran quedado en manos de PNV y PP por haber obtenido más votos el 28-M.

Históricamente, el partido ganador siempre ha tenido al menos dos de los cinco puestos de la Mesa. El plan del PNV en esta ocasión era ocupar la presidencia y una vicepresidencia y dejar las secretarías para EH Bildu y el PP. «Apostábamos por la pluralidad y que estén cuatro grupos representados», ha dicho el portavoz jeltzale Jesús Lekerikabeaskoa antes de reprochar a la coalición soberanista que haya priorizado a Podemos, un partido «que no tiene grupo» en las Juntas. La respuesta del soberanista Iker Casanova ha sido acusar a los nacionalistas de haber intentado ejecutar una «maniobra política» para «reducir el rango» de la presencia de su formación en la Mesa y de prolongar su entente con el PP. En el recuerdo, lo ocurrido en el Ayuntamiento de Bermeo hace apenas unos días.

El PP también ha puesto el grito en el cielo. Aunque su 'número uno' Raquel González ha asegurado que el principal objetivo de su formación esta legislatura en el Parlamento vizcaíno es «recuperar voz, no entrar en la Mesa», se ha mostrado contrariada y ha reprochado al PNV que haya dejado a su candidato «fuera» del órgano de gobierno en beneficio de «un Podemos en descomposición».