Las Juntas aumentan la deuda de Bizkaia en 298,5 millones para afrontar la caída de la recaudación

La crisis de la Covid-19 ha dejado temblando la tesorería de buena parte de las empresas. Y también la caja de la administraciones. La caída de la recaudación vía impuestos hará que este año se cierre con un 12% menos de ingresos. De ahí que, para hacer frente a los gastos, la Diputación aumente su límite de endeudamiento en 298,55 millones de euros. Las Juntas Generales de Bizkaia han dado luz verde este miércoles por la mañana a aumentar esa deuda para poder asumir los compromisos de la entidad foral en este 2020. Lo han hecho sin el rechazo de ninguno de los grupos (EH Bildu y Elkarrekin Bizkaia se han abstenido), pero sí con matices sobre cuál deberían ser tanto la cuantía como su destino.

El diputado de Hacienda, José María Iruarrizaga, ha sido el encargado de explicar de dónde viene la modificación de los Presupuestos que permite incorporar este importe. El 30 de septiembre se reunió la Comisión Mixta del Concierto Económico (Gobierno central, vasco y diputaciones) para acordar los «objetivos de estabilidad presupuestaria» de este año y del próximo y se acuerda que se puede incrementar la deuda en un 0,9% en 2020 y en un 0,8% en 2021. El Consejo Vasco de Finanzas, el 15 de octubre, reparte el 'trozo' extra que puede comprometer cada institución, y el de Bizkaia asciende a esos 298,552 euros, por lo que la deuda total del territorio histórico podrá alcanzar los 1.528 millones.

Hasta ahí, todos de acuerdo. Las diferencias llegan por la cantidad y por cómo se traslada ese incremento de los ingresos a los ayuntamientos. En el primero de los casos, Elkarrekin Bizkaia, que ha insistido en que los porcentajes acordados en septiembre y octubre «son unos índices de referencia que son estos, pero que podrían haber sido otros», ha presentado tres enmiendas –que no han salido adelante– para sumar otros 102 millones más. «La respuesta no puede ser dejar el contador a cero para cuadrar las cifra, que es lo que pretenden hacer», ha señalado la portavoz de la formación morada, Eneritz de Madariaga. «Son enmiendas orientadas a afrontar inversiones que eran y siguen siendo necesarias, no solo a cuadrar la caja; y para comprimir con los compromisos de financiación adquiridos con los ayuntamientos a finales de 2019, que se han visto mermados desde junio por una bajada de la financiación».

La apoderada de EH Bildu Arantza Urkaregi ha coincidido en que «el Consejo Vasco de Finanzas Públicas reconoció que la cantidad era orientativa», y cree que el proceso «debería haberse hecho a la inversa». En lugar de decidir un porcentaje de déficit, ver las necesidades y adaptar el endeudamiento a los proyectos que hay que abordar. Su formación ha planteado que parte de esos 298 millones se destinen a una línea de subvenciones para los ayuntamientos, «porque la caída de ingresos les ha afectado mucho más» que a la Diputación. Mientras que la cuantía de Udalkutxa de la entidad foral bajará «un 15,2%», la de los consistorios se reducirá «en un 16,5%».

La popular Amaya Fernández ha manifestado que «todos conscientes que se produce en un contexto y para un contexto de crisis sin precedentes, con consecuencias demoledoras para las empresas y las administraciones públicas», pero ha querido recordar que «algo que nadie ha dicho»: «La deuda hay que acabar pagándola».

En la misma línea, el socialista Jesús Ortiz ha hecho hincapié en que se trata de «deuda», y que los ayuntamientos, que «están haciendo una magnífica labor, tendrán más recursos por el aplazamiento del pago de las devoluciones a Udalkutxa (no tendrán que devolver nada el próximo año)». «¿Estos recursos son suficientes?», se ha preguntado. «No, no son suficientes, pero son recursos responsables», ha zanjado.

Unai Lerma, apoderado del PNV, ha querido poner en valor también que este incremento del endeudamiento por parte de la Diputación repercutirá en la capacidad de gasto de los ayuntamientos. «Si no fuese por este aumento, no se podría facilitar ese aplazamiento», ha insistido.