La juez envía a prisión al hombre que asesinó a su pareja en Santutxu
El joven sigue ingresado en el hospital de Basurto en un módulo separado bajo custodia policial
Prisión provisional, comunicada y sin fianza para el hombre detenido este jueves acusado de matar a su pareja en un domicilio de Santutxu. Es la ... medida que ha adoptado la titular del Juzgado de Violencia sobre la mujer número 1 de Bilbao después de que se desplazase en la mañana de este viernes junto al resto de la comitiva judicial al hospital de Basurto, donde se encuentra ingresado, Pablo V. C., español de 34 años que asestó varias puñaladas a la mujer con la que mantenía una relación desde hace 12 años. Horas antes había recibido el alta en el equipamiento sanitario, al que acudió junto a familiares porque su problema psiquiátrico se había agraviado.
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Está previsto que el hombre permanezca en el hospital en un módulo separado bajo custodia policial y que, una vez le den el alta hospitalaria, sea trasladado a un centro penitenciario. La víctima, Yanely Gonzalez, sabía que su pareja estaba enferma y en tratamiento. La Policía no tiene constancia de ninguna denuncia por malos tratos, según reveló ayer el consejero vasco de Seguridad, Bingen Zupiria, durante los 12 años de relación. Ambos acababan de estrenar su nueva vivienda, a, en el número 24 de la calle Ortutxueta, entre los barrios de Atxuri y Santutxu, en el entorno de Mina del Morro. Allí se cometió el crimen que acabó con la vida de esta peruana de 31 años.
La investigación del juzgado de violencia sobre la mujer de Bilbao que se encargue de la instrucción tendrá que determinar si el hombre sufría un episodio de alteración de la realidad. Este dato resultará fundamental para el tratamiento del caso. De confirmarse que la enfermedad mental le afectó a sus actos en el momento del ataque, podría considerarse como una eximente completa de su responsabilidad penal.
Fueron los vecinos los que alertaron a los servicios de emergencia que algo grave sucedía en el piso el miércoles por la noche. Habían escuchado gritos y ruidos. Al parecer, según las primeras investigaciones, el joven atacó a la mujer con unas tijeras y le provocó graves heridas en la cara y el cuello, el abdomen y otras partes del cuerpo. Los policías pidieron por la emisora una ambulancia urgente para atender a la víctima. Sin embargo, ya no se podía hacer nada por salvar a Yanely. Había fallecido asesinada.
Él estaba ensangrentado y también había manchas por las paredes y por el suelo. Pronunciaba palabras incoherentes y tenía la mirada perdida, incluso cuando le colocaban las esposas para detenerle acusado de un delito flagrante de homicidio. El hombre fue trasladado de nuevo al hospital de Basurto, esta vez en calidad de detenido. Allí había acudido horas antes el joven porque llevaba unos días «raro», según las palabras de su compañera sentimental. Pablo había llamado a su abuela, con quien mantenía una estrecha relación, y ella también notó que algo no iba bien en su cabeza. Había empezado a consumir drogas en la adolescencia, a los 17 años, y, según su familia, esto había contribuido a desencadenarle problemas psiquiátricos. Sin embargo, llevaba un tiempo estable y sin sufrir ningún brote psicótico. Hasta el miércoles, 11 de septiembre, el día del crimen.
Tras la extraña conversación con su abuela, ésta, preocupada, avisó a los padres de Pablo, que a su vez se comunicaron con su propio hijo y con Yanely, quien les confirmó sus sospechas. Pablo estaba mal. Los progenitores no lo dudaron. Se desplazaron desde Valladolid hasta Bilbao, casi tres horas de viaje en coche, para estar con la pareja. Los cuatro fueron juntos hasta la unidad de Urgencias del hospital de Basurto la tarde de ese mismo día. Allí fue atendido por especialistas en psiquiatría. Sin embargo, los médicos no dejaron a Pablo V.C. ingresado en el hospital bilbaíno sino que le dieron alta.
Investigación abierta
La familia regresó entonces a Ortutxueta, donde tenían pensado pasar la noche todos los juntos. Como no había ningún sitio para aparcar el vehículo por la zona, los padres de él dejaron a la pareja en la puerta de su casa y metieron el coche en el parking de un hotel cercano. Apenas tardaron 15 minutos en estacionar, un corto periodo de tiempo en el que se produjo el ataque. Cuando salieron del establecimiento hotelero, se extrañaron al ver un coche patrulla de la Policía Municipal al pie del edificio donde residían su hijo y su novia.
Al tratarse de un crimen, el primero por violencia de género de este año en Bizkaia, la investigación recayó en la Ertzaintza. El domicilio quedó precintado y fue inspeccionado por agentes de la Unidad de Policía Científica (UPC), con equipos de protección individual y mascarillas, que recogieron numerosas evidencias. Las forenses patólogas de guardia en el Instituto vasco de Medicina Legal (IVML) que procedieron al levantamiento del cadáver confirmaron que la causa de la muerte de la mujer habían sido los múltiples cortes de arma blanca que presentaba.
Expertos en psiquiatría consultados por este periódico señalan que, en contra de la creencia popular, los pacientes psicóticos no suelen ser agresivos y que sólo un mínimo porcentaje de ellos presenta conductas violentas. Precisamente, ese parecía el perfil del presunto homicida, al menos hasta anteayer. Las mismas fuentes advierten también de que no hay camas suficientes en todos los hospitales para ingresar a la cifra creciente de enfermos mentales que hay en Bizkaia.
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