Investigan si el retraso de una ambulancia influyó en la muerte de un anciano en Bilbao

Todo empezó después de que Jacinto tropezase con su bastón en la pata de una cama de su casa pasadas las diez de la noche del martes 7 de febrero. Su hermano Avelino, de 87 años, llamó a emergencias (112) pidiendo una ambulancia. Relató que en ese momento la víctima estaba consciente, pero que era incapaz de moverse y que no podían levantarle. Según fuentes consultadas por EL CORREO, desde SOS Deiak le preguntaron si necesitaba asistencia sanitaria. Avelino respondió que sí. Dijo que se había caído de culo, no muy rápido, pero que lo mejor era que le llevasen a urgencias.

En ese momento se decidió enviar sólo a una patrulla de la Ertzaintza a la vivienda porque a esa hora Osakidetza no disponía de «recursos». Los agentes que acudieron solicitaron varias veces la asistencia de sanitarios. La primera vez lo hicieron antes de llegar al piso. Les respondieron que de momento Osakidetza no había mandado ningún recurso porque creían que sólo era necesario levantar al anciano del suelo.

Cuando llegaron a la vivienda, los agentes se encontraron a Jacinto sentado en el suelo y apoyado sobre las piernas de su hermano. El estado de salud de la víctima empezó a empeorar de forma brusca. Los agentes alertaron de que la víctima respiraba con dificultad e insistieron en que necesitaba una ambulancia de urgencia. Habían pasado unos 15 minutos después de la primera llamada al 112.

Los agentes le colocaron de lado para facilitar la respiración. Volvieron a pedir una ambulancia porque cada vez estaba peor. Siete minutos después de avisar de que Jacinto respiraba con dificultad, los ertzainas volvieron a comunicarse con el centro de mando. Esta vez para advertir de que la víctima había dejado de respirar.

La ambulancia llegó a la casa unos 20 minutos después de la primera llamada al 112. Jacinto dejó de respirar prácticamente al mismo tiempo que llegaban los sanitarios, que trataron de reanimarle sin éxito. Consultadas por este periódico, fuentes oficiales del Departamento vasco de Salud no realizaron comentarios sobre lo ocurrido.

Desde el sindicato Sipe de la Ertzaintza insisten en que no es la primera vez que denuncian el envío de una patrulla de la Ertzaintza -en lugar de a recursos sanitarios- a actuaciones de estas características. La central recuerda que los agentes no son médicos ni enfermeros, y que en todo caso deberían actuar para apoyar a los profesionales de la salud, pero no para sustituirles. Este tipo de decisiones -insiste- pone en riesgo la salud de los ciudadanos y pide que se investigue lo ocurrido.