Investigan si un cultivo de 'maría' desató el fuego que destruyó un edificio en Lemoa

De cara al exterior, en aquel viejo pabellón industrial había dos empresas: una recicladora de plásticos y un taller de automóviles, ubicados en las plantas bajas. En el piso superior también había unas siete viviendas de alquiler. El fuego lo arrasó prácticamente todo. Las empresas, unos cincuenta vehículos que estaban en el negocio de reparación y venta de vehículos y las viviendas -algunos diminutos- en los que vivían por temporadas 15 personas quedaron totalmente destruidas. También ardieron 50 toneladas de plástico y bidones que contenían 4.000 litros de gasóleo.

En un primer momento, los servicios de emergencias explicaron que, durante cerca de una hora, las llamas se mantuvieron en la planta en la que se ubicaba la empresa de plásticos. Fue aquí donde la gran cantidad de material inflamable hizo que el fuego alcanzase una «gran carga térmica». Esto le permitió «romper el forjado» y extenderse al resto de la estructura de una «forma muy rápida».

Llegó a los vehículos del taller y los apartamentos y, sobre las cinco de la mañana, el inmueble «colapsó» y se vino abajo a pesar de los esfuerzos de los bomberos, operarios y del personal de Emergencias. Las tareas de extinción y el desescombro estuvieron, además, condicionadas por la presencia de amianto. Para controlar el fuego fueron necesarias siete horas, para extinguirlo se necesitaron bastantes más.

Los inquilinos lo perdieron casi todo. Apenas les dio tiempo a salir de sus viviendas con lo puesto. Estefanía Manso es una de las vecinas afectadas. Esta mujer cuenta que nadie sabía lo que pasaba en el sótano, justo debajo de la empresa de plásticos. Explica que los cortes de agua y de luz en el edificio solían ser habituales. Pero sobre todo le llama la atención los problemas que se registraron en el edificio el día del incendio. «Nadie» en el inmueble sabía lo que ocurría allí dentro, insiste. Pero tiene claro que «lo que pasaba en esa planta no era normal».

La plantación fue descubierta por la Ertzaintza tras el incendio. Según las fuentes consultadas por este diario, lo que se investiga es si el fuego se originó en la plantación de marihuana o si empezó en el piso superior, en el que se encontraba la empresa de reciclaje de plásticos. Consultadas por este diario, fuentes oficiales del Departamento de Seguridad del Gobierno vasco rehusaron hacer comentarios ya que el asunto se encuentra bajo investigación.

Más allá de cuál fue la causa del incendio, los vecinos siguen muy enfadados con todo lo que ha sucedido. Desde que se quedó sin casa, Estefanía vive en un piso social compartido cerca de Igorre en el que no hay armarios ni televisión para «no crear conflictos». «No nos están ayudando en nada», critica. Trabaja de peluquera y está buscando un piso en alquiler, porque así no puede seguir. Pero además les dicen que es muy probable que no reciban nada por todos los bienes que han perdido porque las casas no estaban aseguradas. «Nos hemos ido con una mano delante y otra detrás. Y hemos perdido los recuerdos de toda una vida», afirma.