Dos vascofrancesas murieron en el atentado de Niza

Myriam Bellazouz y su madre, Lea Mignaçabal, estaban disfrutando de unos bonitos fuegos artificiales con unos amigos durante la fiesta nacional francesa en el popular paseo de los Ingleses de Niza cuando se produjo el brutal atentado que hasta el momento ha acabado con la vida de 84 personas y que suma 74 heridos hospitalizados, de los que 28 permanecen en estado crítico. Madre e hija eran vascas, de Maule (Zuberoa), y, al igual que las otras 82 víctimas mortales, tampoco lograron escapar de la masacre llevada a cabo por el tunecino Mohamed Lahouaiej Bouhlel.

Según informa el popular diario frances, Sud Ouest, Myriam Bellazouz era una abogada de 29 años, y su madre, Lea Mignaçabal, una osteópata zuberotarra jubilada de 68 años. Ambas disfrutaban de la fiesta hasta que, de pronto, un malnacido acabó con sus vidas. Las dos mujeres y los amigos con los que se encontraban se separaron cuando el camión irrumpió arrasando con todo. Desde entonces, los esfuerzos por localizarlas habían sido muy activos (ninguna de las dos daba señales de vida) hasta que ayer, las autoridades y los medios de comunicación confirmaron que las dos únicas víctimas vascofrancesas de la masacre habían fallecido.

La joven abogada residía cerca de la playa grande de Niza por trabajo. Desde hace unas semanas, la acompañaba su madre, que decidió pasar parte del verano junto a ella en la Costa Azul. El fallecimiento de las dos zuberotarras ha provocado una inmensa conmoción en las redes sociales y entre quienes las conocían. Cientos de personas se concentraron ayer a las doce del mediodía delante de los ayuntamientos de Baiona, Angelu y Biarritz en repulsa por el atentado. Enel País Vasco-Frances, estos días todos los actos públicos comienzan con un minuto de silencio en solidaridad con las dos víctimas.