Niza, el corazón de la Costa Azul
La ciudad recibe cada año a cuatro millones de visitantes y es desde el siglo XIX un destino atractivo para viajeros de todo el mundo por su belleza y majestuosas edificaciones
afp
Viernes, 15 de julio 2016, 08:43
El ataque terrorista que ha hecho convulsionar Niza asesta un duro zarpazo al lugar más simbólico y epicentro del turismo de la Costa Azul. La ciudad, la quinta más poblada de Francia, es un destino que atrae cada año a cuatro millones de visitantes. Su capacidad de captar el interés de personas de diferentes partes del mundo se remonta al siglo XIX y uno de los lugares más imprescindibles para los viajeros es El Paseo de los Ingleses, que debe su nombre a un reverendo británico y a su cuñado que crean a partir de 1824 una primera «senda» de tierra, que se amplía y embellece en las siguientes décadas.
Niza, que cuenta con 342.000 habitantes y se sitúa cerca de la frontera con Italia y el principado de Mónaco, estaba hasta 1860 vinculada al reino de Cerdeña. Desde entonces pasa a ser territorio francés y es en la 'Belle époque' cuando vive su gran apogeo gracias a un público cosmopolita. Muchos aristócratas frecuentan la ciudad, atraídos por sus plácidos inviernos. Y hacia 1880, inspirado en el modelo inglés, un casino de formas orientales se levanta en un muelle sobre el mar.
El turismo de verano empieza a florecer en la Costa Azul a partir de los años 1920, impulsado por ilustres expatriados estadounidenses como el escritor John Dos Passos. Durante las dos guerras mundiales, cientos de edificios, algunos de ellos Art déco, se construyen entre en la ciudad, que por esas décadas se convierte en refugio de numerosos artistas, músicos y escritores.
Hoteles de lujo, casinos y majestuosas edificaciones van abriendo sus puertas en la quinta ciudad francesa, a la que solo superan en población París, Marsella, Lyon y Toulouse. Una de las obras arquitectónicas más conocidas data de 1912, cuando el rumano Henri Negresco pide construir el palacio más mítico de Niza. Poco después, el inglés Henry Ruhl crea un hotel con su nombre, donde se sitúa actualmente el Méridien.
Otros alojamientos turísticos aumentarán la reputación del Paseo de los Ingleses, como el Palacio del Mediterráneo, cuya fachada está considera monumento histórico, así como la cúpula del Negresco. La zona alberga también eventos festivos como el célebre carnaval o la batalla de las flores, celebrada desde 1876 y que sirve de inspiración a la que se desarrolla cada año en el municipio cantábrico de Laredo.