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La estación de esquí más grande del mundo

La estación de esquí más grande del mundo

Champery y Nendaz. Estaciones suizas de récord: la primera tiene 650 kilómetros practicables y la segunda es el mayor dominio esquiable del país

PEDRO SOROETA

Domingo, 10 de enero 2016, 01:57

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En medio del Valais, zona suiza de habla francesa, también conocida por su buen vino y a menos de cien kilómetros de Ginebra, adonde ahora se puede llegar en vuelo directo desde Bilbao, nos encontramos con la estación de Champery, la que dicen que es la más grande del mundo. Aunque no tenga el renombre de otros, Champery es seguramente uno de los pueblos con más tradición en el turismo del esquí de toda Suiza. Se trata de uno de los pueblos con más años, que vive del oro blanco que para ellos supone la nieve.

Aunque puede que no lo parezca cuando te encuentras en el pueblo, muy bonito, con casas pequeñas, Champery tiene el dominio esquiable más grande del mundo. Y es que desde el teleférico que parte del mismo pueblo se accede a Portes du Soleil, nada menos que 650 kilómetros de pistas que, por supuesto, no hay quien las acabe. Esos 650 kilómetros se reparten en doce estaciones, entre las que se encuentran las míticas de Morzine o Avoriaz y dos países, Suiza y Francia.

Este dominio ha ido creciendo con el paso del tiempo a base de conectar no solo pistas, sino valles y pueblos a través de la nieve. La oferta hotelera, como no podía ser de otra forma, es acorde al dominio esquiable. Se puede entrar en la zona desde las distintas estaciones, en las que se pasa la frontera entre Francia y Suiza sin darte cuenta.

Suiza, como es habitual, te ofrece la forma más sencilla de llegar. A Champery, por ejemplo, puedes viajar desde aquí desde Loiu concretamente en avión, y llegar hasta el mismo teleférico de acceso a las pistas sin pisar la carretera, gracias a que el tren te deja a pie de remonte, en la puerta del teleférico.

Por cierto, que hablando de hoteles, es obligado recalar en el Hotel Suisse, en donde te pueden atender en perfecto castellano.

Pero hablando de pistas de esquí, que es lo que toca, hay que elegir bien porque los 650 kilómetros de Portes du Soleil a los que se accede desde Champery no se pueden esquiar en una semana.

Sí es obligado hacer la conexión a través de las pistas desde Champery hasta la conocida Avoriaz y su pueblo, con edificios de apartamentos y hoteles en mitad de las pistas. Seguramente hoy en día sería imposible hacer un complejo de tales características, porque algunos ven como una aberración los edificios enormes en mitad de la montaña, pero es evidente que gracias a ellos se puede alojar a miles de personas en un pequeño espacio. En Avoriaz y Morzine sus calles son todas esquiables y no accesibles por tanto a vehículos. En esta zona, en cualquier caso, nos encontraremos con muchos más esquiadores que en la zona de Champery, con espacios mucho más abiertos.

Bienvenidos al muro suizo

  • En Champery nos encontramos con una de las pistas negras más exigentes, dicen que la más difícil de los Alpes. Aquí sería una pista negra aunque en Suiza es naranja. Vamos, un descenso duro donde los haya. Un cartel te da la bienvenida a la pista y te anuncia lo que te espera 90% de desnivel máximo. Por desgracia, han sido numerosos y espectaculares los accidentes que se han producido aquí. La salida está a 2.151 metros de altura, justo en la frontera entre Francia y Suiza, y salva 333 metros de desnivel en un kilómetro de longitud. Se trata de una pista muy ancha ese no es el problema, pero de gran pendiente y numerosas, grandes e irregulares bañeras, algunas de ellas del tamaño de un coche. Dicen que se suele tardar media hora en bajarla. Muchos se lanzan para poder contar aquello de que «yo la bajé», pero son también muchos los que a mitad de pista se arrepienten...

Cada una de las doce estaciones se gestiona de manera independiente. Por eso, unas han apostado por el turismo en masa, con mejores precios y grandes edificios en cotas altas, como decíamos antes, y otras, especialmente las suizas, han preservado el encanto natural de los pueblos. En total, nos encontramos con 24.000 camas en el lado suizo, por las más de 100.000 del lado francés.

Estamos hablando, en definitiva, de doce estaciones unidas, con 650 kilómetros esquiables que tienen 196 remontes en dos países, Francia y Suiza, con 285 pistas diferentes de todos los niveles y, por supuesto, con un solo forfait para todas ellas.

Nendaz- 4 Valles

Pero si en Portes du Soleil-Champery hablamos de la estación más grande del mundo, Nendaz-4 Valles no le va a la zaga. Estamos ahora en una estación situada de forma estratégica a medio camino entre las más conocidas de Chamonix y Zermatt. Se encuentra en una meseta sobre el valle del Ródano, lo que le otorga un clima envidiable, con muchísimas horas de sol y, sobre todo, unas vistas impresionantes de los Alpes.

Dicen que Nendaz ha estado siempre muy unida a la estación de esquí de Verbier, pero la diferencia es que en la primera los precios son bastante más asequibles. El complejo es moderno, pero siempre respetando el estilo tradicional de chalets, basados en el diseño del antiguo pueblo de Haute-Nendaz, con sus calles estrechas y casas antiguas. Su población durante el año no pasa de 6.000 habitantes. Además, aquí reivindican que son el epicentro de los 4 Valles y, al menos geográficamente, están en lo cierto, porque Nendaz está justo en el medio. Verbier queda a un lado y Veysonnaz y Thyon al otro.

A pesar de no ser una estación tan conocida como las dos citadas anteriormente, nos encontramos con pistas que van desde los 1.400 metros hasta la cota de 3.330, coronada por el Mont-Fort, una pista negra llena de bañeras a la que se accede desde un impresionante teléferico.

Desde arriba observamos uno de los paraísos del freeride. Evidentemente esta zona, a la que merece la pena subir, aunque luego se tome el teleférico para bajar, es para esquiadores expertos. Las máquinas no pasan por esta pista es imposible , por lo que las bañeras se acumulan.

Al estar a 3.300 metros de altura, se pueden divisar desde lo alto del Mont-Fort algunas de las más míticas cimas suizas, como el Cervino o el Mont Blanc.

De todas formas, la mayoría de los trazados balizados para esquiar están por encima de los 1.500 metros. Las pistas tienen orientación norte, asegurando la nieve. Hay un buen número de pistas azules, en las que pueden disfrutar los esquiadores medios.

Aunque la nieve no suele faltar, la estación tiene los más modernos sistemas de innivación artificial.

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