¿Por qué Putin no mueve el brazo derecho al caminar?

El estudio sobre la peculiar manera de andar de los dirigentes rusos, realizado por varios especialistas portugueses y holandeses y publicado en el número especial de Navidad de la revista British Medical Journal, está dando mucho que hablar. El doctor Bastiaan Bloem, de la Universidad de Radboud, es uno de esos entusiastas de los trastornos del movimiento y como él mismo confiesa en su artículo, le llamó la atención la forma de caminar de Vladimir Putin tras verlo en varios vídeos de Youtube. Había algo que no era normal.

El presidente de la Federación Rusa muestra una notoria asimetría y mantiene su brazo derecho casi pegado al cuerpo mientras camina, casi sin balancearlo, algo que por contra sí hace con el izquierdo. Para un neurólogo como él, lo primero que se le vino a la mente al ver un patrón de la marcha tan curioso fue un diagnóstico incipiente de Parkinson, que ocasiona la misma asimetría al andar que Bloem había visto en Putin, con una de sus extremidades superiores más estática que la otra al caminar. Tratando de encontrar una posible explicación científica para este fenómeno, más allá del diagnóstico de Parkinson, los investigadores se toparon con un viejo manual de entrenamiento de la KGB. Un manual que tenía como orden para los soldados soviéticos marchar con el arma pegada al cuerpo, en el lado derecho.

Otros dirigentes rusos

Con el fin de reafirmar su hipótesis vinculada a lo militar (Putin recibió formación por parte del KGB en su juventud), Bloem y sus colegas de las universidades portuguesas de Lisboa y Coimbra (Rui Araujo y Joaquim Ferreira), prosiguieron su búsqueda de en las redes con otros líderes rusos que pudiesen haber recibido la misma instrucción militar en otros tiempos. Pronto observaron que Putin no era el único dirigente que andaba de una manera extraña y peculiar.

La misma marcha asimétrica, con el brazo derecho pegado al cuerpo de una manera un poco forzada, puede verse de la misma forma en el primer ministro Dimitri Medvédev, en dos ex ministros de Defensa (Anatoly Serdyukov y Serguéi Ivanov), y también en un alto mando militar ruso (Anatoly Sidorov). Los investigadores descartan en su estudio que la parálisis de sus cinco brazos derechos se deba a que son zurdos, como atestiguan numerosos documentos en los que los cinco dirigentes rusos muestran su preferencia por la mano derecha. También se aventuran a descartar el diagnóstico de Parkinson, puesto que ninguno de ellos muestra ningún otro síntoma o alteración de la marcha o temblores que así lo demuestren.

Por todo ello, los autores se atreven a asegurar que los andares de pistolero (como ellos mismos los bautizan) son el resultado de un férreo adiestramiento y entrenamiento militar, algo así como una adaptación a la vida civil de su antigua manera de portar la armas. Por lo tanto, y para tranquilidad de la élite rusa, no parece nada relacionado con un diagnóstico de Parkinson creciente.

Entre los observados en el estudio, el único caso particular es el de Medvédev, que fue primer ministro con Putin, luego presidente y de nuevo primer ministro. Fijarse en cómo Medvédev hace la misma entrada que Putin en el salón de San Jorge llamó la atención súbitamente, pero verle al lado de su mentor caminando con el mismo braceo asimétrico era una cosa bastante graciosa. Los neurólogos concluyen que en su caso se trata, ni más ni menos, que de parecerse o imitar al líder. De hecho, afirman, «muchos burócratas de alto nivel y miembros del partido Rusia Unida han adquirido el hábito de llevar el reloj en la muñeca derecha, como hace Putin, para demostrar su lealtad».