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Vista de dos víctimas del ataque terrorista en uno de los hoteles de Susa (Túnez).

Túnez cerrará 80 mezquitas por "seguridad" tras el atentado contra turistas en un hotel

El Estado Islámico reivindica el ataque contra "los antros de fornicación y vicio de la ciudad de Suse" y justifica el asesinato de los 37 extranjeros por ser "ciudadanos de la alianza cruzada que combate el estado del califato"

AGENCIAS

Sábado, 27 de junio 2015, 09:31

El primer ministro tunecino, Habid Essid, ha anunciado una serie de medidas con el objetivo de reforzar la seguridad tras el sangriento atentado contra un complejo hotelero en una playa de Susa con 38 muertos, entre las que se incluye el cierre de todas las mezquitas que no estén bajo el control de las autoridades. Essid ha indicado que el Ejecutivo tiene previsto cerrar todas las mezquitas que no estén bajo control del Ministerio de Asuntos Religiosos durante la semana que viene, por "incitar a la violencia", y que ascenderían a 80 como parte de un "plan excepcional para garantizar la seguridad de los lugares turísticos y arqueológicos".

El mandatario también ha anunciado que la financiación de las asociaciones quedará en manos del Gobierno, además de la inmediata disolución de todas las organizaciones y partidos políticos que no respeten la Constitución. Por otro lado, el Gobierno ha declarado "zona militar cerrada" todas las áreas montañosas del país, para prevenir que los terroristas se escondan en esa zona, según ha recogido la emisora tunecina Radio Mosaique.

Además, todos los reservistas del Ejército serán movilizados y dispersados a lo largo de todo el país, en especial en las zonas turísticas y costeras. El Gobierno convocará varias reuniones de emergencia para abordar la situación en el país. Para la ministra de Turismo, Selma Elloumi Rekik, se trata de "un duro golpe para Túnez".

El presidente Beji Caid Essebsi, que visitó el lugar del ataque, declaró que estos atentados demuestran "que se necesita una estrategia global" para afrontar el yihadismo. "Túnez se enfrenta a un movimiento internacional y no puede responder sola", dijo a la AFP.

Desde la Primavera Árabe que se inició en Túnez en 2011, el país se enfrenta a una creciente amenaza yihadista, que ataca principalmente al turismo, un sector vital que representa más del 7% del PIB de Túnez y genera casi 400.000 empleos directos e indirectos. El pasado 18 de marzo, murieron 21 turistas y un policía tunecino en otro atentado en el museo del Bardo. Tras el atentado del museo del Bardo en marzo, el número de turistas cayó en abril un 25,7% y los ingresos se desplomaron un 26,3% respecto al año anterior.

Reivindicado por el Estado Islámico

El atentado ha sido perpetrado durante el mes del Ramadán, el mes sagrado musulmán, y ha sido reivindicado a través de Twitter por Estado Islámico, que ha dado detalles del ataque y ha identificado al terrorista como Abu Yihya al-Kairouni. La milicia yihadista ha hecho varios llamamientos a través de las redes sociales para atentar durante este mes. "Nuestro hermano, soldado del Califato, alcanzó su objetivo pese a las medidas de seguridad", ha indicado la milicia, que ha calificado el complejo hotelero de "burdel" y ha reivindicado la muerte de 40 "infieles".

Según el primer ministro tunecino Habib Essid, la mayoría de las víctimas del ataque perpetrado en las instalaciones del hotel Imperial Marhaba, de la cadena española Riu, en Port el Kantaui, a 140 km al sur de Túnez, son británicas, alemanes, belgas y francesas. El primer ministro indicó que el balance se eleva a 38 muertos, además del terrorista, que fue abatido.

Según las autoridades, el presunto autor del atentado, había escondido su arma en una sombrilla, haciéndose pasar por un turista más. Se trata de Seifeddine Rezgui, originario de Gaafur (noroeste), aunque estudiaba en Kairuan (centro). No estaba fichado por la policía, según el secretario de Estado de Seguridad, Rafik Chelly, quien precisó que "a priori" habría actuado solo.

El atacante disparó a la gente que había en la playa y después entró en el recinto del hotel para matar a las personas que tomaban el sol o se bañaban en las piscinas. "Oí disparos y salí a ver lo que pasaba. Vi a alguien que disparaba a turistas mayores (en la playa). Murieron", contó Slim Brahim el repostero del hotel interrogado por la AFP. "Intenté esconderme porque vi como el terrorista entraba en el hotel por el lado de la piscina. Luego lanzó una granada cerca de la piscina".

Tras el ataque, centenares de turistas empezaron a agolparse en el aeropuerto de Enfidha en la madrugada del sábado para ser evacuados. La mayoría de los vuelos que aparecían en las pantallas del aeropuerto eran con destino a Londres, Manchester, Ámsterdam, Bruselas y San Petersburgo, y en buena parte están fletados por el tour operador Thomson.

Este atentado coincide también con una oleada de atentados registrados el viernes, en Kuwait, donde murieron al menos 27 personas en un ataque reivindicado también por el EI, y en Francia, donde una persona fue decapitada. En Somalia, decenas de soldados murieron el viernes en un ataque de los islamistas del shebab. Varias cuentas de Twitter vinculadas a movimientos yihadistas habían amenazado con nuevos ataques durante el verano.

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