«Individualmente no se hubiesen atrevido, pero el grupo les refuerza»
Javier Gómez Zapiain | Experto en Psicología de la Sexualidad ·
Afirma que en estos casos la motivación no parte del deseo sexual, sino «del sometimiento y la humillación a la víctima»aiende s. jiménez
Sábado, 3 de agosto 2019, 08:30
Una vez más un grupo de hombres se pone de acuerdo para violar a una mujer. Una modalidad de agresión sexual que se está convirtiendo ... en habitual y que se denomina con nombre y apellido, uniendo la palabra 'manada' y el lugar en el que se ha perpetrado el ataque. En este caso ha sido la 'manada' de Bilbao, formada por seis hombres, la que ha agredido a una joven de 18 años. El psicólogo especialista en sexualidad Javier Gómez Zapiain reflexiona sobre las razones que impulsan estos comportamientos y sobre las secuelas que dejan en sus víctimas.
- Las violaciones en grupo tienen la particularidad de que varios hombres se ponen de acuerdo para hacer daño a una mujer, sin que ningún atacante cuestione la maldad de sus actos. ¿Qué es lo que impulsa a realizar este tipo de acciones?
- Es difícil dar una respuesta precisa ya que intervienen muchos factores. Entre ellos, la regulación emocional del deseo erótico, la estructura de personalidad, posibles rasgos psicopáticos o las historias socioafectivas de los agresores. Desde el punto de vista psicológico, y a modo de hipótesis, muchos agresores muestran un 'yo' débil, utilizando la actividad sexual como vía para la afirmación personal, poniendo, de este modo, el deseo sexual al servicio del poder. El hecho de que los ataques sean en grupo avalaría esta hipótesis, porque individualmente no se hubieran atrevido a hacerlo, pero el grupo refuerza y justifica estos actos.
«Muchos agresores utilizan la actividad sexual como vía para la afirmación personal»
motivación
- En este caso todos los agresores eran mayores de edad, pero muchas de las 'manadas' que han surgido estaban formadas por menores. ¿Hay diferencias en las motivaciones?
- En el caso de los adolescentes la tendencia a apoyarse en los iguales en el tránsito entre la protección familiar y la autonomía personal es un hecho evolutivo. Los adolescentes tienden a asumir más riesgos en grupo como modo de autoafirmación. En el caso de los adultos no habría que descartar rasgos psicopáticos que podrían explicar una enorme ausencia de empatía.
- ¿Detrás de estas agresiones solo radica el machismo?
- La tradición cultura patriarcal expresada en términos de machismo es un factor fundamental que subyace en las agresiones a las mujeres. Sin embargo, la tendencia a pensar que ésta es la explicación definitiva, a mi modo de ver, cierra las puertas a profundizar en el estudio de otras posibles hipótesis. Por ejemplo, las interferencias entre el deseo sexual y la vinculación afectiva, los modelos internos en términos de seguridad e inseguridad emocional, la importancia de la empatía y su origen, las carencias afectivas, soledad o el abandono a lo largo de toda la historia personal.
«El machismo es un factor fundamental en estos casos, pero no es la explicación definitiva»
lacra social
- Habla de fracaso en la regulación del deseo y de la necesidad de satisfacerlo. Pero, ¿por qué mediante la violencia y la intimidación?
- El deseo sexual es una emoción, y como las demás debe ser regulada, dirigida a la satisfacción sexual en el encuentro con otra persona. Sin embargo, en ocasiones se pone al servicio de otras necesidades. Por ejemplo, al servicio de necesidades de apego, propio de personas con carencias afectivas que buscan más la experiencia de la intimidad que el rendimiento sexual. En otros casos se pone el servicio de la autoafirmación y por extensión al ejercicio del poder. La autoafirmación a través del sexo es positiva. Sin embargo, llevado este hecho al extremo, se transforma en el ejercicio machista del poder brutal, donde el sometimiento y la humillación de la víctima forman parte de la agresión. Mostrar la 'virilidad', la 'hombría' en grupo refuerza esta interpretación.
- ¿Cree que estas violaciones en grupo provocan un efecto llamada en los jóvenes, como un reto que les motiva alcanzar?
- Lo que echo en falta en la actualidad es una reflexión pausada de todos los agentes sociales que nos ayuden a comprender este fenómeno. Hay lecturas críticas que no son cómodas pero que hay que hacerlas. En primer lugar, las agresiones sexuales en todo su espectro deben entenderse como un síntoma, entre otros, de una sociedad cada vez más neurótica. Y, por otro lado, habría que poner de relieve una cierta hipocresía social. Cada vez que se produce una agresión sexual, políticos y otros agentes sociales claman por la importancia de la educación, pero no existe una voluntad política real de integrar la educación sexual en el sistema educativo.
«Habrá que ayudar a la joven cuando inicie una relación afectiva. Ahí resurgen los fantasmas»
trauma de la víctima
- ¿Qué secuelas puede dejar en una chica tan joven una experiencia tan traumática?
- En estos casos se pone el foco en lo sexual, y es mucho más grave el impacto que tiene en su biografía. Al primer beso, a la primera vez, aunque no sean perfectos, se les da mucho significado, porque son hitos de nuestra biografía. Una violación es algo destructivo, no por lo sexual, sino porque es una experiencia que carece de sentido y de la que es muy difícil recuperarse. El trauma que provoca es importante, y lo sexual lo agrava. La joven, con ayuda, se podrá recuperar de este suceso concreto, pero lo fundamental será ayudarla cuando tenga que afrontar una relación afectiva con un hombre, porque ahí resurgen todos los fantasmas.
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