Igorre y Lemoa advierten que la ampliación de los vertederos «no se contempla» en sus planes urbanísticos
Los alcaldes de ambas localidades solicitaron al Gobierno vasco ayer mismo por escrito «explicaciones» y una «reunión
leire pérez
Miércoles, 16 de noviembre 2022, 23:48
Sorpresa. Es lo que han sentido, tanto el alcalde de Igorre, Illart Gumuzio, como la alcaldesa de Lemoa, Saioa Elejabarrieta, después de enterarse por los « ... medios de comunicación» de que los vertederos vizcaínos podrán seguir creciendo. Ambos mandatarios solicitaron ayer mismo por escrito «explicaciones» y una «reunión» al Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente.
«Hemos salido de un encuentro de Eudel y nos hemos enterado de la noticia, así que al llegar al Ayuntamiento hemos enviado un escrito para que nos ofrezcan la información», explicaron ayer a este periódico ambos regidores. Este diario también se puso en contacto con el alcalde de Mallabia, que rehusó hacer declaraciones por no tener conocimiento por vías oficiales del plan del Gobierno vasco.
Gumuzio y Elejabarrieta criticaron «las formas» que ha tomado el Ejecutivo para abordar «una cuestión que, a nuestro entender es bastante seria, chirría y mucho». No obstante, los dos alcaldes prefieren «no hacer valoraciones del proyecto hasta tener información detallada». «Sabemos que el Gobierno vasco ha dado permiso de ampliación, no están recogidas en nuestras normas municipales y queremos saber en qué se basa y qué suponen para nuestros municipios», puntualizaron.
En este mismo sentido, el Ayuntamiento de Vitoria también anunció que se opone a la ampliación de Gardelegi. Mientras, la reapertura de la instalación de Artxanda generó desde el principio oposición entre los vecinos y los ecologistas al estar situado en una zona destinada a parque metropolitano. Ambos colectivos denunciaron la «saturación» de vertederos que sufre este área en apenas tres kilómetros cuadrados, con la escombrera denominada Isurtegi, en Sondika, la de inertes de Volbas, en Erandio, y el basurero incontrolado de Santo Domingo, abandonado y recubierto de vegetación.
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